lunes, 31 de agosto de 2009
Otra teoría ridícula
Balance del último trimestre del año
viernes, 28 de agosto de 2009
Grandes verdades
Vida perra
Metáfora podrida
Lleno de hortigas, mosquitos, sapos, serpientes, hormigas y arañas.
lunes, 24 de agosto de 2009
Zapata: si no la gana la empata
jueves, 20 de agosto de 2009
Yo quiero el tanque!
miércoles, 19 de agosto de 2009
Las zapatillas y el león
La compulsión
martes, 18 de agosto de 2009
Te estoy mirando (y te doy vuelta como una media)
- si sos de los que creen que romper las reglas te hace un vivo
- si sos uno de los que pasan a los demás por la banquina
- si te sentis mejor cuando aprobaste por copiarte que cuando aprobás por haber estudiado
- si cuando estás con tu grupito de forritos necesitas elegir a alguien más débil para denigrar
- si pensas que sos un vivo bárbaro porque tomas alcohol o porque la pusiste
- si te gusta más contarlo que ponerla
- si estás atento a lo que "hay que hacer" para no desentonar del grupito
- si estás pendiente de encontrar alguien "distinto" para hacerlo sentir mal
Quiero decirte que sos un pobre infeliz y que yo debería estar muy por encima de tu mediocre pelotudez, pero hoy, tan sólo por hoy, te requete recontra cagaría a trompadas (sólo por placer)
viernes, 14 de agosto de 2009
Agamenón sabía nadar?
Si lo dice la biblia...
jueves, 13 de agosto de 2009
Abajo del camión somos todos iguales...
miércoles, 12 de agosto de 2009
Curiosidades de la mente
Qué misterio!
Vaya por las veces en que haciendo todo para sentirme bien, me sentí mal...
Terapias alternativas...
martes, 11 de agosto de 2009
Los derechos que nadie reivindica
lunes, 10 de agosto de 2009
Pequeño desarrollo Borgiano (de Borges, no de Borgia)
Ugh! y Agh!
viernes, 7 de agosto de 2009
Serás lo que debas ser
No seas tarjetero de tu blog.
jueves, 6 de agosto de 2009
Tango
miércoles, 5 de agosto de 2009
Pobres filatelistas
martes, 4 de agosto de 2009
eh?
Hay en el centro de la aldea un palo clavado en la tierra. Es creencia de los pipinotos que alguien debe tocar SIEMPRE ese palo, ya que en caso contrario sobrevendría el final del universo; entonces todos los varones considerados adultos se turnan para tocar el palo en parejas. Alcanzaría con que uno sólo lo tocara, pero una tarea tan importante merece una pequeña redundancia para evitar que un imprevisto acabe con todo lo conocido.
De nada ha servido que las tribus vecinas y más de un pipinoto disidente les haya explicado hasta el hartazgo la inutilidad de tal empresa. Tal vez por convicción, tal vez por capricho, ellos continúan con tan descabellada labor.
En una oportunidad una pareja de “ateos” esperó durante meses hasta que les tocara compartir el turno para abandonar su puesto y convocar a toda la aldea para que se convencieran de la inutilidad del ritual. Pensaban que dicha prueba, incontrovertible, acabaría con la bárbara costumbre. Nada más alejado de la realidad: ambos fueron cocinados por herejes y la costumbre cobró más fuerza que antes.
Con el tiempo, los herejes fueron tomando el estatus de santos entre los miembros de la tribu, que ven el episodio como una prueba a su fe, la cual superaron airosamente. A partir de ese momento, ya no consideran estrictamente necesario tocar el palo, sino que sostienen que la intención alcanza; y frases como “yo lo tocaría pero no tengo tiempo” o “justo cuando lo iba a tocar me empezó a doler la panza” funcionan como una “tocada” virtual.
Cuando alguien cuestiona sus creencias, los pipinotos responden “hay que creer en algo”, o “si no crees en nada todo es una mierda”, o “es una cuestión de fe” mientras te miran con aire de superioridad, como si ellos supieran algo que nosotros no sabemos.
Refresca mejor...
No tengo dudas de que ellos están en lo correcto. Esas asociaciones funcionan. La pregunta no es hacia ellos, sino hacia nosotros.
Si no elegimos un auto por su tecnología, bajo consumo o maniobrabilidad; si no elegimos un vino por su sabor ni un detergente por su efectividad, es probable que el mismo mecanismo opere cuando elegimos cosas más trascendentales, como pareja, carrera, amigos, etc.
Sin embargo nos engañamos tratando de dar -darnos- razones que justifiquen nuestras elecciones. Realmente no sabemos por qué elegimos una cosa u otra e inventamos motivos misteriosos que nadie se atreve a cuestionar: "estudia kinesiología porque esa es su vocación", "siempre se engancha con rubias huecas", etc.
Somos irracionales, tomamos las grandes decisiones de la vida irracionalmente y sufrimos las consecuencias. A veces tenemos suerte y las cosas nos salen bien, y nuevamente nos engañamos atribuyéndonos el mérito, pensando que somos geniales y que nuestra decisión fue "razonadamente" correcta.
En fin, me voy a tomar una coca cola para sentirme más en onda y poder disfrutar de todo el sabor de la vida...
lunes, 3 de agosto de 2009
Teoría ridícula (ridiculísima)
Ahora bien, tanto en las culturas monógamas como en las poligámicas, la infidelidad femenina estaba tanto o más difundida que en la actualidad. Así, los hombres más apuestos y musculosos tenían la oportunidad de fecundar a muchas mujeres, incluyendo a las mujeres casadas –casadas con otros, se entiende-; mientras que los hombres menos agraciados o más nabos debían competir incluso para tener la posibilidad de fecundar a sus propias esposas.
Eatadísticamente, esto otorgaba una leve ventaja a la propagación de genes “exitosos” respecto de los que lo eran menos. Podríamos especular que esta leve ventaja, acumulada a lo largo de los siglos, habrá ido “mejorando” la especie por un mecanismo netamente darwiniano.
Con el correr de los siglos, el perfeccionamiento de los métodos anticonceptivos ha ido mermando esta ventaja al permitir la infidelidad sin procreación; al tiempo que el desarrollo de las técnicas de fecundación asistida han obrado en sentido contrario, permitiendo incluso a los maridos menos fértiles transmitir sus genes a su descendencia.
En conclusión, la ciencia y la técnica han obrado calladamente iniciando un retroceso que nos llevará a recorrer, lenta pero inexorablemente, el camino de vuelta a nuestros antepasados, los monos.
El niño que llevamos dentro
. alegres
. inocentes
. transparentes
. cariñosos
. espontáneos
También suelen ser:
. egoístas
. caprichosos
. déspotas
. demandantes
Nótese que las primeras características los hacen adorables y permiten que obviemos y hasta disfrutemos las segundas características.
Mucha gente, al crecer, va perdiendo las primeras pero mantiene las segundas. Hablo de mucha, mucha gente.
Que no te pase!