lunes, 28 de febrero de 2011

Enojo nao tein fin...

Uno suele creer que alegría y tristeza son opuestos, pero muchas veces no es así. El opuesto natural de la alegría no es la tristeza, sino el enojo y la frustración. 

Me explico: cuando un bebé quiere la teta y se la dan, siente alegría. Cuando no la consigue, no siente tristeza sino enojo (a muchos adultos les pasa lo mismo). En  esa etapa de nuestra vida, tanto el origen de la alegría como el de la frustración están en el afuera.

Se supone que, con el tiempo y la experiencia, uno puede entender que la infelicidad no es necesariamente culpa del otro, y entonces puede permitirse la tristeza. La tristeza tiene la desventaja de tener que aprenderse, mientras que el enojo es innato.

Por supuesto, muchos de nosotros preferimos el enojo a la tristeza, porque el enojo nos permite echarle la culpa a alguien, nos quita responsabilidad y nos regala un responsable "de carne y hueso" contra quien dirigir nuestra frustración. Es necesaria la aceptación para dar lugar a la tristeza.

Esa satisfacción infantil tiene un costo: mientras el responsable de nuestra felicidad este afuera, nunca se nos va a ocurrir buscarlo dentro.

Es lo más común que el chico que da mal un examen se enoje con la profesora, que el empleado descontento se enoje con su jefe, que la esposa infeliz se enoje con su marido.

Por eso supongo que en el camino hacia la felicidad, el primer paso es aceptar la tristeza, lo cual no deja de sonar pelotudo. Pero yo qué se!


jueves, 24 de febrero de 2011

Qué te pasha, Clarín?

No lo vas a leer en ningún diario, pero hoy fue un día de m i e r d a !

miércoles, 23 de febrero de 2011

Veo, veo...

Un chico de ocho años se para frente a la estepa. El paisaje es desolador. No hay nada que resalte hasta donde alcanza la vista, sólo el viento que agita el pasto duro.
Su padre se para junto a él, como tantas otras veces, y le cuenta que ellos son como esa llanura, que son libres, que la pobreza de la tierra sólo resalta la magnificencia del cielo, que esa tierra guarda los huesos de sus ancestros, que el mismo viento que los azota ha recorrido el mundo mil veces y vuelve a susurrarles al oído las historias más increíbles; porque esas estepas son la cuna del viento. Le dice que ellos mismos son viento.

El paisaje, transformado por las palabras del padre, cobra un sentido que lo revaloriza.

La realidad depende más de nuestra interpretación que de cualquier rasgo concreto. Nosotros podemos regalarnos un mundo mejor, y regalárselo a nuestros hijos; modificando casi lo único que podemos modificar: nuestra mirada.

Yeah!

lunes, 21 de febrero de 2011

Va a estar bueno Buenos Aires...

Un tipo cruza la calle con el semáforo peatonal en rojo. Un automovilista, cuando lo ve, acelera (a más de 40, que es el límite de velocidad en calles) y al pasar por al lado (bien cerquita) le toca bocina varias veces.

El peatón le hace un gesto un tanto ofensivo y lo putea.
El conductor le devuelve el gesto y lo putea también.

Una señora mira la escena mientras su perro caga la vereda del vecino.

Los tres, durante unos minutos, se abandonan a reflexiones del estilo de "en este país hace falta educación", "en Estados Unidos/Europa esto no pasa" y "lo que hace falta es mano dura".



jueves, 17 de febrero de 2011

Me cago en los Etruscos

Es tipo es casi cincuentón. Estuvo casado, pero esa etapa de su vida le parece muy lejana. No tiene hijos. En su juventud se despertó en él una profunda pasión por la historia, que lo llevó a especializarse en el estudio de los Etruscos.
Buscando compartir esa pasión, la única verdadera de su vida, se hizo profesor de historia en la universidad. Luego de tantos aún sigue esperando a ese alumno apasionado que le recuerde a sí mismo, mientras ve pasar, año tras año, un número cada vez más reducido de jóvenes que parecen tomar su curso por obligación. 
A los treinta años terminó su libro. Pronto comprendió que el libro nunca sería publicado: a nadie le interesan los Etruscos.
Entre sus colegas, cada tanto alguno publica un libro, da conferencias o incluso toma parte en algún documental. Hace unos años se descubrió una tumba Maya y durante unos meses uno de los profesores de su departamento cobró cierta notoriedad e incluso apareció en televisión. Varias veces un par de profesores especializados en el antiguo Egipto colaboraron en artículos de revistas y fueron invitados a convenciones en el extranjero. Pero a nadie le interesaban los Etruscos.
Pocas cosas hay tan amargas en la vida como sentirse poseedor de un tesoro que nadie valora.


El tipo lleva una vida gris y hace años se ha resignado a aceptarlo.

Mientras sus colegas cenan con sus familias o preparan su próxima conferencia o un nuevo libro, el tipo va sólo al cine. En la cola, delante suyo, una mujer le llama la atención. Es alta, morena, con ojos casi negros y una mirada inteligente. Ella habla por teléfono con una amiga.
- Ya no tenía nada que hacer con el. Ningún hombre de menos de cuarenta años vale la pena...
Mientras habla, la mujer gira un segundo y sus miradas se cruzan. Ella le esboza una sonrisa casi imperceptible. El queda helado: es realmente hermosa.
Ella sigue hablando y su voz es profunda y serena. Tiene un libro bajo el brazo: Jane Austen.
- Si no podes llegar me vuelvo a casa. En la galería se va a presentar una muestra y tengo que armar el catálogo, el tema es que no puedo encontrar  nada que valga la pena...


Trabaja en una galería. Arte. El tipo la mira embelesado y cuando ella gira -hacia el otro lado- sus miradas no se cruzan, pero tiene una fugaz vista de su escote, al tiempo que su perfume lo golpea. Está perdido. El paraíso no puede ofrecer nada mejor que eso.
- Es sobre los Etruscos...
Al tipo se le paraliza el corazón y se le embotan los sentidos. El tiempo se detiene y siente claramente como las sienes le palpitan. Un frío profundo lo invade, se petrifica. De repente, el tiempo se descongela, pero ahora corre vertiginoso. Su mente, a la velocidad del rayo, traza el plan: "no pude evitar escuchar su referencia a los Etruscos, y por eso -espero que no lo tome a mal- me permito comentarle que soy un estudioso del tema y me agradaría mucho ayudarla en lo que necesite". Irían a tomar un café (a pocos metros había un café encantador), charlarían, quedarían en volver a encontrarse (tenían la excusa perfecta). Se mostraría humilde pero ella pronto entendería la dimensión de sus conocimientos y su sensibilidad.
No había tiempo que perder. En cuanto ella se despidiera de su amiga, el la abordaría...

Pero ella, sin interrumpir la comunicación, sale de la fila y con un gesto exquisito llama a un taxi. Los pies de él están adheridos al piso de tal forma que, si lograra levantar al menos uno, arrancaría un pedazo de suelo.

Con una gracia que no debería ser de este mundo, la mujer entra al auto y desaparece.

El tipo siente cómo la mano del destino se afirma sobre su pecho, lo eleva, y lo aplasta contra la tierra con toda la violencia de la creación. No hay pecado que se castigue con más fiereza que el de espiar el paraíso.

Sobrepasado, por primera vez en su vida se olvida de disimular y queda parado, en la mitad de la vereda, erigido en la imagen misma de la desolación.

Fin.


miércoles, 16 de febrero de 2011

De qué te reís?

Bergson, en un libro de lo más interesante, aborda el análisis de una materia largamente ignorada por la filosofía: la risa.

Exclusivamente humana e inspirada por lo humano, supeditada a cierta "anestesia" emocional, inscripta en nuestra naturaleza y referida siempre a un otro -aunque eso otro sea virtual- y accionando como un medio de presión y corrección social; la risa tiene la complejidad de todo lo que solemos definir como "natural".

Reir es siempre reir de algo o de alguien; y es siempre reir junto con alguien (insisto, aunque ese alguien sea tácito no es menos necesario). 

Entiendo que la risa como concepto es claramente distinto de la alegría y de la felicidad, aunque suelen confundirse. Así, una persona que ríe mucho puede no ser feliz e incluso ni siquiera estar alegre.

“La risa es ante todo una corrección. Hecha para humillar, ha de producir una impresión penosa en la persona sobre quien actúa. La sociedad se venga por su medio de las libertades que con ella se han tomado. No llenaría sus fines la risa si llevase el sello de la simpatía y de la bondad."

Ojo, lo dijo el, no yo.



lunes, 14 de febrero de 2011

Daniel 2.0 - El Regreso

Según el documental que vi anoche, es un proverbio Catalán.
Yo tengo mis dudas, pero igual, ahí va:

Come bien,
caga fuerte,
y no le temas
a la muerte.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Comunicado de la Gerencia

Diversos factores me mantienen alejado de la vida blogueril, y la situacion continuara durante los proximos dias. No desesperen. En breve volvere.

Mientras tanto me pregunto: soy yo, o Maradona se parece cada dia mas a Horacio Guarani?