viernes, 30 de julio de 2010

Sócrates dixit

No se puede cagar más alto que el culo.

martes, 27 de julio de 2010

Idea Vilariño

Ya no será...

Ya no será,
ya no viviremos juntos, no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa, no te tendré de noche
no te besaré al irme, nunca sabrás quien fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber por qué ni cómo, nunca
ni si era de verdad lo que dijiste que era,
ni quién fuiste, ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido vivir juntos,
querernos, esperarnos, estar.

Ya no soy más que yo para siempre y tú
Ya no serás para mí más que tú.
Ya no estás en un día futuro
no sabré dónde vives, con quién
ni si te acuerdas.

No me abrazarás nunca como esa noche, nunca.
No volveré a tocarte. No te veré morir.

viernes, 23 de julio de 2010

Big Swing

En una época yo era pesimista y les explico por qué:

Del segundo principio de la termodinámica (ley de entropía), se deduce que lo que posibilita la vida es el intercambio de calor. (Ojo: esta vez no hablo de sexo)

Pero el tema -simplificando- es más o menos así: el sol está más caliente que la tierra, y el calor que le transfiere genera los procesos que llamamos vida (el agua se evapora, las plantas hacen su fotosíntesis y las minas toman sol).

Ahora bien, a medida que pasa el tiempo, el sol se enfría y la tierra se calienta. Cuando todo el universo esté a la misma temperatura; ya no habrá intercambio y será el fin. Las minas estarán jodidas porque no habrá ni siquiera cama solar.

Eso me deprimió durante años, hasta que apareció en escena la fuerza de gravedad.

Me explico: mientras sucede lo que expliqué antes, la fuerza gravitatoria lentamente va cohesionando la materia del universo hasta formar una masa muuuy grande (mucho más grande que la cancha de river) similar a la del segundo cero de la teoría del big bang; que finalmente explota generando un nuevo big bang.

Esta teoría (big swing) casi no difiere de la tradicional del big bang y nos pone a todos en la pantalla de un cine continuado, que repite eternamente la misma película. Las minas finalmente podrán volver a broncearse.

Ahora soy optimista.

Pa la birra

Quiero tener un millón de amigos

(para manguearle 10 pesitos a cada uno)

jueves, 22 de julio de 2010

Ahora que existe el casamiento gay, me voy a clonar y a casarme conmigo

Es fácil amar a alguien perfecto (lo difícil es encontrarlo).
Es fácil (pero igualmente difícil) amar a alguien con grandes virtudes y pequeños defectos.
Es casi inevitable amar a alguien de tu sangre (salvo que sea tu padre y vos un adolescente).

Pero amar a alguien con grandes defectos y pequeñas virtudes se me hace difícil. Me corrijo, lo difícil no es amarlo, sino disfrutarlo y muchas veces simplemente soportarlo.

A veces me sale, pero me sale mal. Me sale con esa tolerancia que uno le tiene a los chicos o a los tontos.

¿Habrá alguna manera de disfrutar con alguien así, sin tener que caer en ese sentimiento de superioridad tan desagradable?

PD. Si, ya se, el título es ridículamente largo.

martes, 20 de julio de 2010

Super Ficial

Sería tan arbitrario atribuirlo a la modestia como al descuido, lo cierto es que por alguna razón que ignoro, he omitido sistemáticamente en este blog cualquier mención a mis superpoderes.

No se rían.

Así como determinada gente nace con cierta predisposición y habilidad en el terreno del arte o de la ciencia, de lo social o incluso lo castrense; así yo he nacido con la habilidad natural de proyectar en forma casi sobrehumana determinados rasgos a partir de otros.

Me explico.

Puedo -sin esfuerzo alguno- adivinar si una mujer tiene buenas tetas, sólo con escuchar su voz. Puedo igualmente determinar -en forma casi infalible- el puntaje de una cola, simplemente viendo los rasgos faciales de su portadora.
Puedo incluso calificar el desempeño amoroso de una señorita sabiendo sólamente la marca de shampoo que usa.


Pero todo Superman tiene su Kriptonita: puedo vivir diez años con una mujer sin saber, una sola vez, de que carajo me está hablando.

Graciela Alfano es mi maestra espiritual

Estaba con mi mejor amigo (el control remoto) y de repente apareció la señora Graciela Alfano diciendo que era budista. Mi mano se paralizó, todo a mi alrededor desapareció y me dispuse a escuchar las enseñanzas de uno de los seres más espirituales de la Argentina.

Para mi sorpresa, abstrayéndome de mis prejuicios, lo que la señora decía sonaba razonablemente bien:
. Todas nuestras acciones generan consecuencias. Hay que pensar antes de actuar o de hablar.
. Todos somos imperfectos.
. La gente no cambia, sólo debe descubrirse a sí misma.
. Lo que me pasa es de alguna forma consecuencia de mis actos, así que no hay de que quejarse.
. Hay que amar a la gente con sus defectos y aspirar a ser amado de la misma forma.

No se si esto fue real o si se debió a mi costumbre de no revisar la fecha de vencimiento de nada de lo que como, pero por las dudas lo comento: el dalai lama parece haber reencarnado en una mujer y está ahí, al alcance de su mano, al ladito de Tinelli...

lunes, 19 de julio de 2010

Yo me cago en la democracia, y usted?

Cada sociedad ha tenido, en cada momento, determinados conceptos incuestionables.
Como tantas otras cosas, la fortaleza de este mecanismo reside en su anonimato: mucha gente ha defendido y defiende ideas que recibió mansa e inadvertidamente, pero que considera propias y sobre todo evidentes.
En algún momento fue evidente que el poder de los gobernantes emanaba de Dios. En algún momento fue evidente que una mujer adúltera debía ser apedreada, que un esclavo no tenía alma, que los turcos eran el Demonio, que la tierra era plana y que embalsamar a un muerto le garantizaba la vida eterna.
Estos conceptos se nutren de la ciencia y de la religión pero por sobre todas las cosas toman la forma del "sentido común". Cualquier persona con sentido común entendía, en el siglo XV, que la monarquía era la única forma de gobierno.
Por supuesto, resulta más fácil encontrar estos mecanismos en el pasado remoto; no porque hoy sean menos comunes, sino simplemente porque lo más lejano nos resulta más evidente y porque muchas de esas "verdades" ya han caído por su propio peso.
A la hora de razonar somos más vagos de lo que suponemos, y tenemos la misma tendencia a estigmatizar al que es distinto que los campesinos que en el cuento de Mary Shelley perseguían al "monstruo".
Y con el mismo fervor con que en épocas conservadoras se reprime el cambio, hoy nos lanzamos con los brazos abiertos hacia cualquier novedad sin permitirnos meditar sobre las posibles consecuencias de la nueva moda.
La defensa casi genética de conceptos que nos resultan tan naturales como la vida misma, genera barreras que demoran los cambios y acumulan tanta energía que al caer generan un movimiento pendular totalmente ajeno a la razón.
Cabe agregar que cualquier cosa incuestionable es inmodificable, o sea inmejorable; hasta que por desgaste se hace insoportable, o sea no sustentable. Ahí, luego de algunas convulsiones, será reemplazado por su opuesto; que correrá con la misma suerte.
Lo parió!

miércoles, 14 de julio de 2010

jueves, 8 de julio de 2010

A quejar que se acaba el mundo!

Quejarse es un placer al cual uno nunca debería renunciar.

Es más: como tantas otras cosas, uno sólo debería quejarse por placer.

Todos -casi todos- somos Job en algún momento de nuestra vida. Algunos encontramos tanto placer en serlo que ya no podemos abandonar.

Pero quiero dejarlo bien claro: desconfío de la gente que nunca se queja.

Venimos a un mundo en el que todo tiene dueño, con reglas y castigos ya establecidos y con -casi- todo inventado. Quién puede decir sinceramente que no tiene motivos para quejarse?


martes, 6 de julio de 2010

The Bodyguard

Siempre le reclamamos a Holywood por sus finales felices.

Pero yo me pregunto: ¿qué le costaba a Kevin Costner quedarse con Whitney Houston en la escena final de El Guardaespaldas y dejarme contento?


lunes, 5 de julio de 2010

Cual es la edad límite para empezar de nuevo?

Creo que a todos nos toca al menos una vez tener que decidir entre ser "normales" y ser genuinos.

No sería lindo que ser genuino fuera normal?


jueves, 1 de julio de 2010

Estoy lúdico o simplemente pelotudo?

Si muevo el caballo le amenazo el alfil pero desprotejo a la reina.

Si muevo el peón de dama defiendo a mi alfil, pero desprotejo al rey.

Si tomo peón por peón muestro decisión, pero tal vez me proponga reina por reina. No me gusta jugar sin reina.

Miro el tablero absorto. Analizo cada alternativa. Busco una posible trampa, algo que lo distraiga y me de la ventaja. Trato de anticipar posibles respuestas.
Y de repente todo me parece ajeno. Ya no estoy en el partido, ya no le encuentro sentido al juego. Me toca mover? Tengo las negras o las blancas? Qué hago acá? Quién es el otro y qué hace acá? Qué me importa ganarle o que me gane?

Una leve náusea me empieza a invadir y pienso que todo tiene al menos dos lados, y que es tan caprichoso defender a uno como al otro.

Es inútil.

Estamos en Guayaquil y otra vez me toca ser San Martín. Ahora lo se: nunca seré Bolivar.