martes, 22 de diciembre de 2009

No crean que no me doy cuenta

Durante el año 2009, todas las cosas se degradaron un poquito más, en algunos casos (y para alguna gente) en forma casi imperceptible.
Lo cierto es que las relaciones se enfriaron, al igual que el entusiasmo. La esperanza continuó su lento camino hacia la desilusión y los recuerdos se deslucieron un poco más.
La entropia del universo continuó creciendo, al igual que la contaminación y la música barata.
La linea que separa lo normal de lo subnormal se ha vuelto a correr, y no en el sentido que uno quisiera.
Las medias lunas y las aceitunas han perdido un poquito de su sabor, y mi piel se ha engrosado un poco más.
Igual, todo bien.

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