lunes, 19 de julio de 2010

Yo me cago en la democracia, y usted?

Cada sociedad ha tenido, en cada momento, determinados conceptos incuestionables.
Como tantas otras cosas, la fortaleza de este mecanismo reside en su anonimato: mucha gente ha defendido y defiende ideas que recibió mansa e inadvertidamente, pero que considera propias y sobre todo evidentes.
En algún momento fue evidente que el poder de los gobernantes emanaba de Dios. En algún momento fue evidente que una mujer adúltera debía ser apedreada, que un esclavo no tenía alma, que los turcos eran el Demonio, que la tierra era plana y que embalsamar a un muerto le garantizaba la vida eterna.
Estos conceptos se nutren de la ciencia y de la religión pero por sobre todas las cosas toman la forma del "sentido común". Cualquier persona con sentido común entendía, en el siglo XV, que la monarquía era la única forma de gobierno.
Por supuesto, resulta más fácil encontrar estos mecanismos en el pasado remoto; no porque hoy sean menos comunes, sino simplemente porque lo más lejano nos resulta más evidente y porque muchas de esas "verdades" ya han caído por su propio peso.
A la hora de razonar somos más vagos de lo que suponemos, y tenemos la misma tendencia a estigmatizar al que es distinto que los campesinos que en el cuento de Mary Shelley perseguían al "monstruo".
Y con el mismo fervor con que en épocas conservadoras se reprime el cambio, hoy nos lanzamos con los brazos abiertos hacia cualquier novedad sin permitirnos meditar sobre las posibles consecuencias de la nueva moda.
La defensa casi genética de conceptos que nos resultan tan naturales como la vida misma, genera barreras que demoran los cambios y acumulan tanta energía que al caer generan un movimiento pendular totalmente ajeno a la razón.
Cabe agregar que cualquier cosa incuestionable es inmodificable, o sea inmejorable; hasta que por desgaste se hace insoportable, o sea no sustentable. Ahí, luego de algunas convulsiones, será reemplazado por su opuesto; que correrá con la misma suerte.
Lo parió!

5 comentarios:

  1. es la primera entrada que veo que hablan del matrimonio gay sin mencionarlo explícitamente

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  2. Hola Daniel, yo creo que esta bien el matrimonio gay, asi no solamente los heteros pasaran por malos momentos...jijii. no, chiste, chiste! :D

    El matrimonio igualitario nos resulta raro pero creo que esta bien, da mas igualdad de opciones, derechos y creo, no afectara negativamente a nadie...

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  3. Está de puta madre la democracia, pero la tierra siempre será redonda.

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  4. Si, la democracia es todo un tema. La "libertad absoluta" no siempre es tan buena como todos creemos que es. La libertad sin el control adecuado, se puede volver un caos. La libertad absoluta puede acabar con el mundo en cualquier momento... La unica libertad absoluta que no perjudica a nadie, está en el cerebro.

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  5. La verdad no me refería al matrimonio gay. Estaba pensando en la abolición del Latin en la liturgia, pero pensándolo bien, lo que escribí también se aplica al matrimonio gay.

    Reflexiono: el matrimonio como lo conocíamos imponía limitaciones de género, de número, de edad y de exclusividad. Esta nueva ley nos liberó sólo de uno de estos yugos, pero vamos por más...

    Besos y hasta la victoria siempre!

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