miércoles, 6 de enero de 2010

No descendemos del mono, todavía estamos en eso...

Hay una especie de lagarto que tiene una membrana alrededor de la cabeza, y cuando se siente amenazado la hincha para parecer más grande de lo que es. Muchas aves extienden las alas y esponjan las plumas mientras chillan a todo pulmón para amedrentar a sus posibles depredadores.
El pez globo se infla hasta parecer una pelota. El elefante extiende sus enormes orejas y los gorilas rompen ramas y se golpean el pecho para alejar los peligros.
Un comportamiento parecido exhiben muchas especies para impresionar, no ya a sus enemigos sino a las hembras de su misma especie. La deslumbrante exhibición del pavo real tiene su correlato en la mayoría de las aves, y es muy común ver en las ciudades a los palomos hinchando su buche mientras persiguen a una hembra.
Casi todos en la naturaleza tratan de aparentar más de lo que son, y seria un error desconfiar de la efectividad de una estrategia tan difundida.
¿Por qué no podemos ser un poco menos animales?

7 comentarios:

  1. Encantado de haberte encontrado navegando por éstos blogueros mundos, jejej… Me encanta comprobar que sigue habiendo gente inquieta, enhorabuena por tu labor. Te seguiré la pista desde mi Palabrafernalia…

    ResponderEliminar
  2. que rabia me da el palomo prepotente!, jajaja!
    Me da ganas de patearlo! que se cree? que la paloma tiene obligaciones con él? el tipo se le tira encima! jajajajaaaa!

    ResponderEliminar
  3. Carolina, te imagino pateando al palomo y no me puedo parar de reir. Nunca lo pensé, pero es cierto: el tipo es un pesado!

    ResponderEliminar
  4. Me parece que es una estrategia natural de los animales, y se supone que también lo somos. A pesar de ello deberíamos cuidar la reputación del 'raciocinio'...

    Hace poco leí un libro en el que la chica enferma es enviada a vivir con un hombre y su familia para aprender un poco. La chica se recupera totalmente de sus desórdenes alimenticios, todo gracias a lo que él le ha enseñado, hecho ver, etcétera. El tipo no es médico, sino una especie de pensador, tal como lo veo en tí. No sé si me tomaré algún atrevimiento y ha de disgustarte, pero todos necesitamos enfurruñarnos un rato, ¿verdad?
    A pesar de no hablar contigo a diario como llego a hacerlo con muchas personas, se me hace que tus palabras son un regalo enorme, un regalo invaluable. Yo no viviré contigo y tu familia, pero algunas de tus afirmaciones, consejos y advertencias implícitas me dejan pensando, literalmente me salvan, y quería agradecértelo.
    Desde ésa posición objetiva me haces verlo todo desde otro cristal. Un cristal no distorsionado, inteligente, nada absurdo.
    Tal vez, para no extenderme más porque ya me da vergüenza, en mi próxima entrada responderé tu comentario.

    ResponderEliminar
  5. Night, qué decir?

    A tu edad y con tus problemas sos terriblemente inteligente y tenes una franqueza y una lucidez que no son frecuentes en gente mucho mayor. Lo que mis palabras despiertan en vos, ya estaba ahi.

    Es más fácil ver con claridad desde lejos, a todos nos pasa. El mérito de escuchar y reflexionar, el coraje de luchar contra lo que te lastima es todo tuyo.

    A mi me queda la alegría de poder ayudarte, aunque sea un poco, y el halago de tus comentarios.

    ResponderEliminar