Uno tiende a cristalizarse en actitudes críticas hacia los demás y hacia uno mismo. Pero está por demás demostrado, al menos en la mayoría de nosotros, que la capacidad de modificar al otro es tan limitada como la capacidad de modificarse a uno mismo; entonces uno se acomoda en esa postura tan de vieja criticona y disfruta del viejo deporte de "tener razón" con frases como "ya lo sabía", o "te lo dije".
Imagen: si uno trata de abrir una puerta que está cerrada, no se queda durante cinco años girando el picaporte. Uno puede dedicarle unos minutos a sentir indignación por el hecho de que esa puerta esté cerrada e incluso puede darse un tiempo para ver si alguien más la abre, pero luego debe buscar un plan B: busca otra puerta, busca una ventana, busca un cerrajero, o simplemente sigue su camino.
Conclusión: generalmente las cosas no son como suponemos que deberían ser, pero está en nosotros la decisión de transformar la realidad en una barrera o recurrir al famoso PLAN B.
Como me gusta tu blog...
ResponderEliminarEso le dirás a todos!
ResponderEliminarEn cambio tus comentarios, no tanto... jaja
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