viernes, 6 de noviembre de 2009

La vida es una enfermedad que no tiene cura

Suena una música suave. No queda claro si está dentro o fuera de mi cabeza. Acabo de experimentar, una vez más, el lado salvaje de la vida. Sé que pronto deberé lamer mis heridas y esperar hasta sentirme fortalecido.
Las cosas no suelen ser como uno quisiera. Transmitirle nuestra lógica a otra persona es como querer enseñarle física cuántica a un campesino japonés del siglo V.
Los miedos, siempre los miedos. Y la compulsión.
Si alguien sabe cómo son las cosas, ese no soy yo. Si alguien sabe cómo deberían ser las cosas, ese tampoco soy yo.
La música sigue. Afuera hay sol, o está nublado, o llueve.
Qué importa?

3 comentarios:

  1. Normalmente yo, la chica borde que suele comentarte, Nightmare, no diría ésto, pero en realidad a veces si importa, porque todo influye, Daniel.
    Si llueve o no, si te gusta o no, tu alma se torna de un color distinto.
    Lo que sucede con el miedo es que es inevitable, es parte de la naturaleza a la que obedecemos, creo que por eso todos los héroes sobrenaturales son valientes, heróicos, sin miedo. Pero el miedo es más que eso... y puedes transformarlo en su opuesto sólo si quieres, o así lo veo yo.

    A veces pienso que nadie sabe cómo son las cosas, y que para saberlo hay que ser viejo y haber probado la miel y la mierda de la vida. Probablemente en eso sí tenga razón.

    Un beso.

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  2. Night,

    Parece que, en el fondo, no sos tan border...

    Beso.

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  3. Bueno... dicen que nadie se ve a sí mismo con claridad.

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