Hoy vi por la calle una mujer terrible. No lo digo despectivamente ni quiero ahondar en su fealdad: era una persona castigada por la naturaleza, con un cuerpo muy feo, gordo y mal proporcionado. Tenia un andar casi lastimoso y una expresión vencida y desesperanzada.
Cuando la ví me dió vergüenza que notara que la observaba y me hizo sentir mal (se ve que hoy estoy pelotudamente vulnerable).
En la mente se me disparó instantáneamente un sólo pensamiento: una persona así tiene negadas muchísimas cosas: el amor, el hermoso placer del sexo, el tonto placer de la vanidad, el respeto de los otros y hasta la autoestima.
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Quién debe vivir en ese cuerpo, sólo puede hacerlo de dos formas: odiando al universo, o aceptando una vida que es y será distinta a la del resto. Explico: si uno acepta que determinadas cosas le resultan inaccesibles, aún puede ser feliz y disfrutar de una existencia limitada, pero plena dentro de esos límites.
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Sé que nunca voy a tener un yate, y sin embargo eso no me hace infelíz. Sé que nunca voy a tener a Mónica Belucci, y aún así sé que puedo ser feliz. Si llevamos estos razonamientos al extremo, llegaríamos a entender por qué alguna gente sufre con tanto y otros son felices con tan poco.
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Es difícil entender donde termina esta sabia aceptación y donde empieza el conformismo, pero en situaciones extremas como esta tal vez se vea mejor.
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En esta sociedad estúpida en la que todos se creen estrellas de Hollywood y se pelean por el cartel, nadie acepta ser un actor de reparto. Todos "van por todo" y nadie es felíz con nada. Yo le ví la cara a esa mujer, y entendí que no era felíz. Tal vez ella también vió mi cara y entendió que yo tampoco era feliz.
Yo creo que la felicidad va ligada a la comodidad, y no necesariamente se necesitan los millones de lujos para estar cómodo. Entre más libre seas y más cómodo te sientas contigo mismo, más feliz serás. Lástima que hoy en día es difícil todo ésto. Siempre existirán los complejos.
ResponderEliminarHoy pierdes una seguidora... pero porque soy la misma de arriba. Clandestinamente, claro, así que mejor no arriesgarme.
ResponderEliminarUn beso.
Para ser feliz tus deseos tienen que estar a la par de tu capacidad de cumplirlos.
ResponderEliminarSi te enseñan desde la mas tierna edad que la vida ideal implica una mansion, un yate y una monica belluci de pareja sexual y no esta en tu poder lograr eso te han criado para ser un infeliz. No te olvides los deseos de fama, aparte de la riqueza material y el placer sensual.
Un refran popular dice simplemente "el mas rico no es el que mas tiene, sino el que menos necesita".
Si te enseñaron que necesitas infinidad de cosas estas cagado, a menos que te des cuenta que necesitas desprogramarte y te decidas a hacerlo.
Sino hace un blog y lamentate regularmente.
Por más que suene estúpido, creo que no se necesita nada para ser felíz: un tipo en una trinchera de la 1º guerra mundial encuentra un pan duro y es tan feliz en ese momento, hundido en el barro y con las balas silbando, como el tipo más afortunado de la tierra.
ResponderEliminarNati:
ResponderEliminarShhhhhhh...
Yo no necesito nada... vos no necesitas nada?
ResponderEliminarHasta ese tipo de la trinchera necesito un pan para ser feliz POR UN MOMENTO.
Supongo que ese es el punto: todos necesitamos menos de lo que creemos para ser felices. Eso se demuestra en circunstancias límite como la trinchera.
ResponderEliminarYo comparto tu idea. La sociedad es la que nos implanta estas cosas! La verdad que no entiendo a que se debe tanta crítica...
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