martes, 18 de enero de 2011

Bailas?

Cuando era chico, el tipo corría.
Para no vulnerar una constante en su vida, no sabía muy bien por qué lo hacía. No soñaba con ser el mejor, sólo corría.
Un día su entrenador lo anotó para una carrera en una categoría superior a la suya. Es algo que suele hacerse.
En algunas carreras, los competidores largan desde cualquier punto de la línea de salida y se cierran en cuanto pueden sin respetar andariveles.
Lo cierto es que antes de dar el tercer paso, el pibe de la derecha le regaló un rotundo codazo en el estómago que le quitó el aire. Quedó como detenido, o más bien en cámara lenta, viendo como todos los demás lo pasaban. Doscientos metros más tarde ya estaba recuperado físicamente, pero ese codazo anónimo lo marcó para toda la vida.

Meses más tarde, en una carrera con obstáculos, otro chico lo pisó justo cuando saltaba el primer tronco; pero esta vez el tipo le fijó la vista en la nuca y lo siguió de cerca durante un kilómetro. En el último obstáculo,  esperó a que el villano estuviera en el aire y lo sacó de la pista de un empujón con total alevosía.


Muchas veces le cargamos a alguien nuevo la cuenta ajena de ofensas pasadas. Hay discusiones que se dan entre parejas que van cambiando de integrantes; así, la mina no se da cuenta que está discutiendo con su novio nuevo de temas que tenía con su novio viejo. El tipo discute con su actual mujer y le carga, sin saberlo, afrentas recibidas de otras mujeres; porque de alguna forma existe una continuidad que une a todas las mujeres que tuvo.

Algunas de estas viejas peleas son tan viejas como el mundo y sólo van cambiando de actores y de escenarios para seguir desarrollándose.

Así como en el cuento de Borges, dos puñales usan a dos amigos para continuar una disputa de años; viejas peleas a veces nos usan para seguir recreando una coreografía que se delineó mucho antes de que nosotros naciéramos.

Y nosotros, como buenos boludos, bailamos!

3 comentarios:

  1. Se nota que nunca me viste bailar...

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  2. Hola Dani! Ia Iegué!

    Sí, tal cual, a veces les hacemos "pagar" a otros los entripados que nos quedaron de otras situaciones o que no pudimos resolver.
    Besos.

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