Sleepless in Buenos Aires

Tengo una fantasía...

Pienso que si obramos como "gente linda", al final seremos "gente linda".

Me explico: Supongamos que un tipo esta deprimido (yo no eh, otro tipo) y naturalmente tiende a quedarse solo en su casa. Los platos se acumulan, la ropa tirada por el piso, el tipo en calzones todo el fin de semana...

Come lo que encuentra (cualquier cosa que no esté demasiado verde ni demasiado dura) porque no tiene ni ganas de ir a comprar algo.

Hay muchas formas de estar deprimido. Holywood nos ha mostrado un montón de variantes llenas de encanto y glamour. El tipo se imagina que alguien lo está mirando. Ahora es el protagonista de Sleepless in Seattle.

Sin mucha convicción al principio, empieza a dotar a su miseria de algo de dignidad y, en lo posible, de encanto.

Por razones meramente biológicas, la relación entre nuestros sentimientos y nuestras expresiones es, hasta un punto, recíproca: lloro porque estoy triste, pero si pudiera provocarme el llanto a voluntad, sin dudas me invadiría un cierto sentimiento de tristeza.

En este sentido, la repetición de actitudes dignas tal vez genere dignidad.

Jamás le propondría al pobre tipo que empezara a reirse para provocarse alegría, porque aunque esto pudiera llegar a funcionar, nada vale el ridículo de tener que empezar a reirse solo, en calzones, un sábado por la tarde.