Deberíamos confiar totalmente en la vida. Repito: totalmente.
El mundo es un sistema terriblemente complejo, o sea terriblemente rico en información e interrelaciones. La vida lo es aún más.
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Se trata de un sistema que lleva afinándose millones de años, en el cual operan mecanismos que ni siquiera podemos imaginar.
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Nosotros entendemos que las cosas, en su estado natural (o sea sin haber sido modificadas por nosotros) son simples, primitivas, mejorables. Para nosotros la naturaleza, el estado natural de las cosas, carece de finalidad y de utilidad hasta que aparecemos nosotros y le damos sentido.
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Creemos que es casualidad (o fatalidad) que lo rico engorde, que el alcohol traiga resaca, que los chicos tengan padre y madre, que los hombres tengan pene y las mujeres vagina.
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Vivimos creyendo que está mal que las cosas sean como son y pensando que, con un poquito más de tiempo, vamos a terminar de solucionar esos "errores" de la naturaleza.: inventamos bebidas dulzonas pero con 0 calorías, comemos como elefantes y después nos hacemos una lipo, inventamos una pastillita que nos permita tomar sin sufrir la resaca, mejoraremos nuestra vida con infinidad de soluciones que la naturaleza, tonta y simplona, no previó.
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El mundo, la vida, nuestro cuerpo y nuestro corazón nos enseñan desde el día en que nacemos. Sólo hace falta prestar atención y no vivir como si nuestra misión en el mundo fuera rebelarnos constantemente contra lo que somos.
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He dicho!
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PD. Me vienen a la mente dos imágenes, que tal vez tengan algo que ver:
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1. Un chico en un teatro, durante la representación de una ópera aclamada mundialmente, juega con su teléfono porque está aburrido.
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2. Un señor ignora 5 señales consecutivas que le indicaban que baje la velocidad porque había una curva peligrosa. Finalmente choca y protesta contra el clima, el auto y la ruta, y define lo que le pasó como un "accidente" o una "fatalidad".