El tipo es militar. En su juventud estudió y practicó todo tipo de disciplinas y está razonablemente entrenado para hacer frente a los avatares de una guerra moderna. A medida que fue ascendiendo en la carrera militar, fue variando su enfoque y aprendiendo a mandar.
Los años fueron pasando y el siguió capacitándose, realizando ejercicios y simulacros, preparándose y preparando a sus subordinados para una guerra que nunca llegó.
Ahora está por retirarse y no puede evitar sentir una profunda angustia por la vida que lo espera, así como una amarga decepción por haberse preparado tanto para algo que nunca sucedió.
Cada tanto se encuentra a sí mismo fantaseando con una realidad diferente, imaginando qué hubiera pasado si hubiese tenido la oportunidad de demostrar su valor y sus habilidades. Pero no.
Mucha gente piensa que, si la vida los hubiera puesto en otra situación, hubiesen podido demostrar cómo se lucha, cómo se trabaja, cómo se ama...
Pero esas circunstancias nunca se dieron, y terminan igual que nuestro amigo; encaminándose a un retiro en el que rumiarán su amargura y no podrán evitar fantasear qué hubiese sucedido si la vida los hubiese dejado brillar.