Hoy me levanto y me entero -mientras como mi primera tostada- que una facción que no conozco, en un país que no podría ubicar en un mapa, está bombardeando algún otro lugar cuya existencia igualmente ignoraba hasta el desayuno. Durante unas horas/días esa noticia formará parte de mi mundo, me angustiará, me enojará, me hará reflexionar...
Mientras unto la manteca de la segunda tostada, un señor que ha sido mi vecino durante los últimos 20 años, a unos 4 metros de distancia de mi taza de café, está triturando las pastillas que lo sacarán de este mundo.
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