Si yo extendiera mi mano para tocar la tuya, seguramente la retirarías o me dedicarías una mirada de reproche. Si te dijera que admiro alguno de tus gestos, seguramente te envanecerías y te mostrarías altiva.
Si te mirara y en mis ojos se notara la emoción, seguramente sentirias que soy un flojo, o que escondo algo. Si te contara mis temores, seguramente te reirías de mi a mis espaldas.
Entonces te denigro y te menosprecio, tratando de hacer que te sientas insegura e infeliz. Prefiero que me veas cruel y altivo antes que vulnerable.
Nunca te mostraré mi corazón, y el día que finalmente decidas hundirme el puñal tendrás que adivinar... Y mejor que aciertes al primer intento, porque te voy a hacer cagar en el acto, hija de mil putas!
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