Según parece, esto hace la luz en un rincón de mi casa, cada mediodía; a despecho de la cotidiana ausencia de testigos.
Por supuesto que no es gran cosa; pero para mi, este sabado, representó una pequeña manifestación de la belleza del mundo. Una belleza que -bienvenido el contraste!- no necesita ni reniega del otro y está desprovista de vanidad.
Por supuesto que no es gran cosa; pero para mi, este sabado, representó una pequeña manifestación de la belleza del mundo. Una belleza que -bienvenido el contraste!- no necesita ni reniega del otro y está desprovista de vanidad.
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