La crueldad tan simple con que mucha gente descalifica a los demás, esa gimnasia tan bien aprendida y practicada de ubicar el supuesto punto débil del otro y estigmatizarlo; la íntima felicidad que se siente al descubrir el blanco que nos permitirá denigrar al otro y hacernos sentir superiores yo también la he sentido.
La necesidad de identificar al diferente -y por ende vulnerable- y ubicarlo en un lugar de escarnio esconde una gran inseguridad y una gran pobreza.
Este comportamiento es propio de los alevines y muchas veces su aporte para la definición de la personalidad es determinante. El éxito en la ejecución de las maniobras, la habilidad, y la presencia -o ausencia- de rasgos vulnerables define el modo en que el pez, ya adulto, se relacionará con sus pares.
El comportamiento de los supuestos líderes es tan dependiente del resto como el de los seguidores. La máxima es siempre la misma: el pez solo, es comida.
Los peces son lo mas, son geniales y dan una paz tremenda.
ResponderEliminarNo comparto lo de comida.
Salute
Nos gusta poner el dedo en la llaga de los demas para sentirnos que somos mejores o que estamos en una posicion ventajosa pero la realidad es que todos tenemos nuestra cruz, sólo que algunos la tienen a la vista. Y cuando mas desprotegido te ven, mas te van a golpear, los seres humanos somos monstruos. Creo que capte lo que quisiste decir con lo de que el pez solo es comida.
ResponderEliminarEl pez (cuando está) solo, es comida.
ResponderEliminarLo diferente (siempre) nos cuestiona, y en general no nos gusta que nos cuestionen.
Lindo mi pez.