El frío que se cuela por la ventana me recuerda que estamos en invierno. La vida, vista a través de un cristal puede parecer lejana, ajena. Mientras muchos duermen yo velo. Por qué velo? Y qué se yo, ya que estamos, velo por la paz en el mundo.
Nuestra cultura es como el delirio que construye un loco a lo largo de su vida. Dentro de sus reglas, todo encaja; pero basta con mover una pieza unos milímetros para que todo se desmorone. La vida, me parece, tiene ese equilibrio inestable que parece decir a cada momento: "mirame bien, porque en cualquier momento todo será distinto".
Uno guarda fotos y el tiempo les va cambiando el sentido, lo mismo pasa con los recuerdos. El tiempo tiene la virtud de cambiar el pasado, que es probablemente lo único que se puede cambiar.
Me voy a tomar una taza de chocolate caliente para mantener a raya al invierno, que insiste en colarse por mi ventana.
Besos.
Un besito para Usted, Dani, ¡que fresquete hacia anoche!
ResponderEliminarEl frió tiene muchos pros, el chocolate caliente es uno de ellos!
ResponderEliminarMe gusta el título de la publicación, y la relación que hago con el chocolate. Porque no te lo untas, ¿verdad? Lo tomas.
ResponderEliminarAquí no hay estaciones, pero me encantaría ver el invierno. Sentirlo, para ver si se siente como muchas de las cosas que yo he sentido.
Te mando un beso helado -porque aquí también hace frío-, y dietético -porque estoy a un pelo de hacerme diabética-(?).