¿Cómo puede ser que estas manos, que se contorsionaron durante años en millones de movimientos, aún encuentren cobijo en esta débil piel, y sigan floreciendo en unas uñas inútiles mientras siguen ejecutando casi al descuido los más complicados movimientos?
Si pienso un rato más en mis manos, hasta podría llegar a creer en Dios...
Lo importante es que son manos limpias y honestas.
ResponderEliminarBesos.
Menos mal que no te quedaste mirando otra parte, dejarías de creer en todo jajaj
ResponderEliminarLas manos son las manos.
ResponderEliminarEncontrar profundo lo simple es lo que te declara una persona sumamente interesante!
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