Aceptaré una de tus caprichosas infusiones de té y hierbas, emocionado por volver a ver la danza de tus manos, tus largos dedos repitiendo su propio ritual con una gracia que no podría aprenderse en una sola vida, tus ojos de caramelo y el rosa pálido de tus labios.
Más tarde, recorreré tus libros, demorándome en cada uno. Y descubriré esos puntos
de encuentro que anticipo entre tu mundo y el mío. Cada libro me iluminará un rincón de tu
alma. En cada pliegue, cada rasguño y cada doblez encontraré un renglón del
itinerario de tu vida, un mapa del camino que te llevó a ser esta criatura que hoy, sin esfuerzo, me
deslumbra.
Y así, inevitable e irrevocablemente, te amaré para siempre.
Los libros que lees de una persona dicen mucho de ella y de las etapas por las que ha pasado. Es una buena forma de conocerla.
ResponderEliminarBesos.
Al final, entre fragmento y fragmento, cobrará vida la novela; existirá. Eso está bien.
ResponderEliminarQue lindo capi!
ResponderEliminarEs profundo tu amor. Detras de esa capa de dureza inmanejable hay un hombre tierno de corazon romantico!
Me encanto la tercera parte de esta inexistente novela.
Besis