Ya lo entendí: el camino de la verdad es el camino del martirio.
Anoche, mientras dormías, me dediqué por horas a tu espalda y tu hombro derecho.
Yo renuncio a mis fantasmas y conjuro a mi diablo personal.
No pido nada a cambio. Tu piel es mi superficie de contacto con el mundo.
Ya renuncié a mi versión de nuestra historia.
Vos temes que esto sea una mentira. Creeme, o no me creas, para mí esta es la única verdad.
Te agarro de la mano y me sumerjo con vos, acallando mis miedos.
No hay miedo mayor que el de perderte.
viernes, 18 de noviembre de 2011
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Ay, Dios. Pero que emotiva confesion, esto es un hombre perdidamente enamorado de su mujer. Que suerte tiene Virginia!
ResponderEliminarPero... pero, pero, publicaste el viernes y yo no me di cuenta, que raro. Claro, se ve que al rato sali y ya no vi mas nada y despues saliste de la vista de mi blogroll. En fin. Lo importante es que esta declaracion de amor me conmovio mucho.
Besos.
Caro: de más está decir que la guacha no se lo merece... al márgen, no se que es un blogroll, pero suena muy sofisticado.
ResponderEliminarLas confesiones de amor son inevitables, el único cuidado que debemos tener es no hacerselas nunca a la persona amada.
Besos
aiii, que comico, por favor. "Blogroll" es la lista donde tengo puesta la gente que postea, sobre el costado derecho. =D
ResponderEliminarError, deciselo, si no como se va a enterar? aunque pensandolo mejor, ella ya lo debe saber muy bien.