Desde hace ya algún tiempo he comenzado a percibir, o a creer que percibo, sombras extrañas y fugaces. Siempre en forma periférica, siempre borrosas e indefinidas, pero he llegado a plantearme el tema en forma concreta y debo ensayar alguna explicación. Preferiblemente una que excluya la locura.
Entre el desprendimiento de retina y una dimensión paralela se extiende un abanico de posibilidades que van desde lo banal a lo francamente aterrador. Si las sombras reptan entre nosotros, yo no quiero saberlo.
En estas últimas semanas, más de una vez ha llamado mi atención algún movimiento fugaz e imperceptible al entrar a una habitación en penumbras. La visión es parte ojo y parte cerebro, parte percepción y parte interpretación. Si la sombra está en la realidad, en el ojo o en la mente; es algo que cada día parece más importante esclarecer, y sospecho que en breve este asunto resultará crucial.
Ayer, en la quietud de la noche, sentí claramente como una mano se posaba sobre mi hombro. Aseguro que estaba despierto y libre de los efectos de cualquier substancia. Siento que algo está por suceder.
(Aquí el manuscrito se hace ilegible)
Siempre algo está por suceder, hay que estar predispuesto a ello.
ResponderEliminarSaludos
J.
Ay, que miedo esto! Es terrorifico, ¿como habra terminado la cosa?
ResponderEliminarBesos.