Así como el obeso se repite todos los domingos que el lunes que va a empezar la dieta, y nunca lo hace; así como el alcohólico jura y perjura cada día que mañana dejará de tomar; así como el jugador se promete "me recupero y no juego más"; así ando yo por la vida.
No tomo, no soy obeso y no juego (puta que soy un buen partido!), pero tengo el mismo problema que la mayoría de la humanidad: no puedo manejar mis conflictos.
Explico: a veces, cuando uno enfrenta un problema, toma la mejor decisión que se le ocurre y sigue adelante. O sea: tenés un auto y no lo podes mantener, entonces vendes el auto y desde ese momento viajas en bondi. O decidis que no querés vender el auto y achicas otros gastos para seguir teniendolo; o cualquier otra opción que te parezca válida. Ahí hay tristeza, hay pérdida, pero no hay conflicto.
El conflicto aparece cuando uno no puede decidirse por ninguna opción. Uno sabe que no puede bancar el auto, sabe que no quiere o no puede reducir otros gastos, pero no quiere venderlo y esta situación sin solución lo desgasta y empieza a malvivir.
Gasta con culpa, usa el auto con culpa, se endeuda, no paga el seguro, maneja con miedo...
Entonces empieza a soñar con que las cosas deberían ser de otra forma, se enoja con su jefe, con el gobierno y con Dios, se enferma y se muere.
Preferiría tener cien problemas a un conflicto, pero tengo cien problemas Y un conflicto.
PD. Lo del auto es una metáfora.