Como estoy tan positivo, no voy a hacer un recuento de lo que sufrí este año. Voy a concentrarme en lo que aprendí. Y aprendí mucho. No muchas cosas, sino unas pocas cosas muy importantes que voy a compartir con ustedes, aunque se que es imposible que alguien pueda entender el peso que esto tiene para mi.
Aprendí:
. que no hay nada más débil en el mundo que la verdad, porque alcanza con mirar hacia otro lado o simplemente negarla hasta con el argumento más infantil para dejarla muda e indefensa.
. que la gente suele hacer cosas, buenas o malas, simplemente porque puede. Que si alguien puede perjudicarte de alguna forma, probablemente lo hará; simplemente porque puede. Entonces, además de concentrarse en obrar justamente, hay que estar atento a no quedar expuesto a la mezquindad del otro. (Ponete bronceador, pero lleva un paraguas por las dudas)
. que el otro nunca es responsable de nuestro fracaso, y que uno siempre puede -y pudo- hacer más.
. que bastan un cerebro (cualquier cerebro) y ser honesto con uno mismo, para hacer las cosas mejor.
. que nuestro peor enemigo siempre somos nosotros mismos, y que la manera más fácil de no sufrir es engañarnos, pero que a la larga el costo siempre es mayor.
. que tapamos nuestros grandes miedos con miedos menores, más manejables. Y que mientras lo hagamos nunca podremos vencer nuestras verdaderas limitaciones.
. que la gente que habla mucho, generalmente no dice nada.
. que las cosas por las que nos afanamos cada día en general no valen casi nada. (si a uno le dijeran que le queda una hora de vida, iría a abrazarse con su lcd, con su escritorio, o con su levante más reciente?)
. que en las grandes ciudades es imposible no alienarse. Entonces, uno debe buscar mecanismos que le permitan tener a raya a la locura que cada día, inevitablemente, nos invade.
. que uno nunca debe sentir vergüenza de mostrarse humano.
. que nunca nos enfrentamos a algo que no podamos manejar.
. que la gente hiere más por miedo o por tontería que por maldad.
Si algo de todo lo que aprendí me sirve para modificarme, después de todo el año tal vez no haya sido tan malo (y mirá que fue malo, eh!).
Si no, una vez más será mi culpa.
PD. También aprendí a hacer marcianitos con cucharitas de plástico, alambre y plastilina; pero me pareció que no daba incluirlo en la lista.