La humanidad siempre ha tenido las creencias más descabelladas.
Alguna vez se pensó que la materia (el aire, el agua) tendia a llenar los espacios vacíos porque le tenia horror al vacío (Horror Vacui).
Se aceptaba que los negros y los aborígenes americanos no tenian alma, y eso justificaba su esclavitud.
En el antiguo Egipto se pensaba que el sol salía cada mañana sólo porque el faraón se lo pedia mediante un riguroso ritual.
Durante años, cuando un tipo se enfermaba se lo sometía a permanentes sangrías para purgar el mal, lo cual mataba más gente que las enfermedades mismas.
Durante siglos se creyó en la combustión espontánea, se buscó el movimiento perpetuo y la piedra filosofal, que trastocaba el plomo en oro y purificaba el alma.
Se desarrolló una ciencia que pretendia estudiar a los hombres por su fisonomía, determinando por ejemplo, que un tipo tendria tendencias criminales sólo por tener orejas prominentes u ojos pequeños.
Se sostenía que el poder de los reyes emanaba del mismo Dios cuya doctrina sostenia que todos los hombres eran iguales.
Durante siglos se creyó que la mujer era intelectualmente inferior al hombre, relegándola a un lugar del que hasta hoy no termina de salir.
La lista seria interminable.
La única diferencia con las creencias actuales, es que nos son contemporáneas. Un par de siglos seguramente bastarán para poner en evidencia su ridiculez. Lo lamentable es que sin duda serán reemplazadas por otras igualmente descabelladas.
Al menos eso creo.
Seguramente. Como todas las cosas que nos imaginamos sobre lo que pasa despues de la muerte o si hay vida en otros planetas...
ResponderEliminarNo sabia eso del faraón egipcio!
Dani! que lindo que volviste! Aunque a veces no se me ocurre decirte nada, me encantan tus reflexiones.
ResponderEliminarEs verdad, creemos en cada ridiculez... es la gran necesidad humana de creer en algo.
Y cada vez que no encontramos una explicacion cientifica empezamos a elucubrar connotaciones divinas, diabolicas o "del mas alla".
Besos!