Entonces comprendió que no era él a quién se refería, que ni uno sólo de esos elogios estaba dirigido a él, sino a algún otro que él ni siquiera conocía.
Entendió que no era su mirada la que le cortaba la respiración, que no era su voz la que hacía aletear mariposas en su pecho, que su tacto no encendía nada.
Sin mirar, sintió sobre sí la mirada de todos, y sintió su compasión como puñales fríos que lo atravesaban. Estaba desnudo y era frágil como un cristal, y debió concentrar todos sus esfuerzos en no romper a llorar ahí mismo, como un crío.
Y la tierna substancia que lo formaba, súbitamente se transformó en algo frío y duro como el metal templado. Y su sonrisa jamás volvió a ser la misma.
Una decepción, o desengaño, del que uno nunca se recupera del todo.
ResponderEliminarNo puedo creer esto. Deje el antiguo testamento escrito aqui, y no salio y no se ve y ni nada de nada?! ¿te habra llegado igual? esto es mas angustiante y frustrante que la decepcion traumatizante del despertar del desamor.
ResponderEliminarBesos y feliz fin de semana xlarge!
Ay Dani es ese preciso instante donde nuestro corazon se vas resquebrajando hasta romperse en mil pedazos 😦.........
ResponderEliminarCreo que la vida es sabia, y nos da respuesta a todo, a su debido tiempo.
Besos Dani y abrigate si salis que hace mucho friooooo!!
Todos en algún momento sufrimos decepciones.
ResponderEliminarGuau! Más que un comentario, esto es una superproduccion!!! Gracias y besos!
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