miércoles, 20 de abril de 2011

National Geographic Informa

Parece ilógico, incluso viola la ley de las probabilidades, pero es así: hay gente que hace todo, todo, todo, todo mal.

Y no importa si uno los entiende, los odia, los perdona o los abre al medio con una katana: uno no puede evitar sufrir las consecuencias de sus actos.

Aclaro que no hablo por resentimiento ni soberbia, es sólo una observación lúcida de un hecho que forma parte de la realidad cotidiana; tan desapasionado y objetivo como un documental de National Geographic (aunque con las fotos me cagan).

Seguramente en la naturaleza, la selección natural reduciría la aparición y duración de estos seres, de modo que su efecto sobre el resto (y sobre el genoma humano) resultaría imperceptible. Pero la sociedad moderna, con sus garantías y facilidades, funciona como un fértil caldo de cultivo para estos seres que perecerían en otras condiciones pero prosperan entre nosotros.

Por supuesto, todos tenemos derecho a existir.

Yo sólo decía...

4 comentarios:

  1. Todo indica que tendremos que seguir aguantando, querido Dani...
    Beso.

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  2. Tus entradas nunca tienen tan pocos comentarios. Creo que lo que ocurre es que la mayoría de tus lectores nos hemos sentido ofendidos porque hables de nosotros en un post sin previo aviso.

    Un beso.

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  3. La verdad, ni a mi me dan ganas de comentar semejante post...

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  4. Yo los llamo "casos perdidos"

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