Oscar Wilde nos dejó, además de muchas frases ingeniosas, algunas de las páginas más románticas de la literatura. Su Salomé es una mujer tan superficial como compleja, con esa profundidad casi instintiva que a veces se adivina en la gente profundamente superficial.
Sus palabras a Juan el Bautista mientras trata de seducirlo son simplemente una joya. La ambigüedad de la situación, la conjunción del profeta y la prostituta, la presencia de la muerte que se adivina, todo esto reviste de extrañeza a algunas de las palabras más dulces de la literatura.
La obra está llena de sutiles perlas tan bien escondidas que sólo un genio como Ken Russell podía no solo encontrar, sino ir engarzando una a una, hasta formar una pequeña obra maestra. No voy a abundar en detalles, sólo diré que es una obra para ver sin prejuicios y permitirse disfrutarla como lo que es: una rara fruta, con un aroma dulce pero extraño.
Gracias por la reseña, no he leido ese libro de Wilde . Te mando un beso
ResponderEliminarEnamorada de las letras
Que tal estamos esta noche, estimado poeta de la calma y la sensacion de amor?
ResponderEliminarhablando en serio, la obra es maestra, una delicia con todas las letras, y es una catedra de teatro y de cine.
Besos de luciernagas porque disfruto siempre leerte.
No conozco esa obra, Daniel...pero viniendo de Oscar Wilde no dudo de que sea excelente. Te dejo un abrazo y que tengas un feliz fin de semana.
ResponderEliminarHola Daniel te envio un beso de agradecimiento 💋
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