miércoles, 30 de diciembre de 2020

Patricias Argentinas

En el mes de julio del año 2010, Argentina se convirtió en el primer país de América Latina en reconocer el derecho al matrimonio a personas del mismo sexo. Lo que se conoce como "matrimonio igualitario".

No terminamos de acusar el golpe de semejante flagelo que atenta contra nuestros más profundos valores y ahora, según parece, nos las tenemos que ver con el aborto legal, seguro y gratuito.

En el convencimiento de que toda libertad en manos del populacho da lugar tarde o temprano al libertinaje, auguramos un tendal de niños abortados en la vía pública.



Sólo nos consuela la idea de que ambos males se neutralicen, al menos en forma parcial: las parejas del mismo sexo no se embarazan, como consecuencia no abortan.

Mientras tanto, nosotras, como reserva moral de este bárbaro país, seguiremos añorando una música marcial, una nuca rapada y reflejo del sol en unos botones plateados como guardianes de nuestra tradición, nuestra familia y nuestra propiedad.

Amén.

martes, 29 de diciembre de 2020

Este año tampoco fui millonario ni me recibí de abogado...

Hoy en día es casi inevitable escuchar las peores diatribas contra este año que ya nos deja. Por supuesto que entiendo las razones, pero entiendo algo más...

Casi todos los humanos vamos armando, trabajosamente a lo largo de los años, nuestra historia oficial. Se trata de una narración que fuimos perfeccionando a fuerza de repeticiones, que explica y justifica cada aspecto de nuestra vida que sentimos en falta.

En el nudo de estas historias, el protagonista -el culpable- suele ser el otro o, en todo caso, el destino.

Estas historias que nos contamos y le contamos a los otros, pretenden encontrar un origen -convenientemente externo- a nuestras falencias, y están siempre a la mano para responder en forma inmediata a cualquier hecho que ponga en evidencia esas falencias y por lo tanto nos angustie.

Este año fue duro para muchos, muy duro para algunos y durísimo para otros. Pero para la mayoría de nosotros, este año será un capítulo irremplazable en esa historia de negación que vamos construyendo, y  justificará mejor que ningún otro nuestras más íntimas miserias y flojeras.

Igual, no me malinterpreten...
Este año fue bastante mierda. 

lunes, 21 de diciembre de 2020

Nace un nuevo mito urbano

Oficialmente se dice que...



Pero la verdad es que Roberto Galán anda muy despacito, en una camioneta desvencijada, comprando cocinas viejas, lavarropas, heladeras, camas, colchones...

Suele aparecer los fines de semana en distintos puntos de la ciudad y sin previo aviso. A veces trata de disimular usando una entonación ligeramente diferente, pero no me engaña; y cada vez que lo escucho resuena en mis oídos el viejo "Yo me quiero casar, y usted?"


viernes, 18 de diciembre de 2020

Los Siete Pilares de la Sabiduría (o siete pavadas que pensé recién)

 Como siempre, a esta altura del año me resulta casi inevitable armar alguna lista. Es así: catalogar nos tranquiliza...

Así que sin más preámbulo,

1. Cualquier cosa que te sacude la modorra es buena. La cosa en sí puede ser terrible, pero que algo te sacuda siempre es bueno, porque la rutina te anestesia. 

2. A veces la vida es como el mar: uno tiene el agua hasta la cintura y disfruta con las olas durante un buen rato. Uno pensaría que no se movió, pero mira a la playa y ve que está a cien metros de donde empezó. 

3. Lo que nos parece cíclico o circular, en realidad es un movimiento en espiral. Lentamente nos acercamos o nos alejamos de donde estábamos, y es esa lentitud la que nos da la impresión de quietud.

4. Para la gente que reniega del cuerpo: no hay nada fuera del cuerpo. La inteligencia, el amor, los ideales; todo eso está en el cuerpo.

5. Todo lo vivo está muriendo, y esa es probablemente su mayor grandeza.

6. Lo primero que aprendemos es a acorazarnos; pero nada, nada, nada se compara con la ternura.

7. Muchos dicen saber, incluso algunos dicen ser los únicos que saben. Es mentira, nadie sabe; nadie puede saber.

Siete es un lindo número.

Chau.


martes, 15 de diciembre de 2020

Toda guerra es infame, pero...

Se las conoce como "Las guerras del Opio". La primera fue entre 1836 y 1842 y la segunda entre 1856 y 1860. Sus principales protagonistas: el imperio británico y China.

Resumen: los británicos compraban seda, porcelana, etc a China, pero no conseguían venderles gran cosa. Entonces debían pagar con dinero y eso no les gustaba demasiado; entonces comenzaron a presionar al gobierno chino, junto con el resto de las potencias occidentales para que abrieran el comercio.

Encontraron un circuito que les cerraba: cultivaban opio, principalmente en Turquía, Persia y la India y lo canjeaban en China por seda, porcelana y té. Vendían esos productos en Gran Bretaña y América y volvían a empezar el ciclo con enormes ganancias.

El gobierno chino vio crecer este flagelo y se decidió a combatirlo. Entre otras medidas,  escribe una carta a la reina Victoria en 1839. A continuación un fragmento:

"Pero existe una categoría de extranjeros malhechores que fabrican opio y lo traen a nuestro país para venderlo, incitando a los necios a destruirse a sí mismos, simplemente con el fin de sacar provecho..."

La respuesta tuvo forma de cañonera. China perdió ambas guerras, debió aceptar el comercio del opio, firmar tratados comerciales que los perjudicaban ampliamente y, de paso, perdió Hong Kong y Macao.

Habrá que pensar por qué, entre tanta película de guerra que produce Hollywood, a nadie se le ocurrió hacer una sobre esta. 

viernes, 11 de diciembre de 2020

آنچه هزینه ندارد ، ارزش ندارد.

 جایی را جستجو کنید که هیچ کس به دنبال آن نباشد ، آنچه را که هیچ کس پیدا نمی کند ، خواهید یافت.

jueves, 10 de diciembre de 2020

El amor en los tiempos del covid

Ya no lloro por tu amor,
la angustia ya no me apura.
Tu esquina no me verá,
anhelando tu ternura.

Ya no se alargan las horas,
ya no me muerden las dudas.
Ya no bailo con tu música,
ni sueño con tu dulzura.

He descubierto otro sol,
me ha iluminado otra luna.
No esperes más este bondi,
viene el camión de basura.


miércoles, 9 de diciembre de 2020

Please prove you're not a robot

Cada vez más seguido alguna página me pide que declare que yo no soy un robot...



Por qué tanta insistencia con la pregunta?

Parezco un robot?

La pregunta es metafórica? Es metafísica?

Si fuese un robot, lo sabría? Lo sabrías vos?


Cómo saber que el otro no es un robot?

Cómo saber si no somos todos robots?


Y a fin de cuentas: sería tan terrible que fuese un robot?

martes, 1 de diciembre de 2020

Fidel no está en ninguna remera, porque cometió el pecado de no morir...

La gente pobre tiene héroes románticos, sus santos son siempre mártires. La gente acostumbrada a mandar no se permite tales licencias. Ellos adoran el éxito y no toleran el fracaso.

Maradona tiene todo lo necesario para ser considerado un héroe romántico. Como Firpo, como Bonavena, como Gatica, como Facundo Quiroga, como Pancho Villa.

Decir héroe romántico es decir héroe trágico. Es decir causa perdida, derrota y muerte.

El héroe popular encarna las frustraciones de la gente acostumbrada a perder. El héroe se anima, por un momento parece que gana; pero indefectiblemente pierde.

Y si no pierde, la gente lo siente como una traición. Y nadie perdona a los traidores.

Por eso, para un héroe trágico, el momento de la muerte coincide siempre con el momento de su santificación. Ha pasado la prueba y definitivamente ha perdido: ahora estamos seguros de que es uno de los nuestros; y podemos dar rienda suelta a nuestra devoción.

Uffff!