Yo siempre fui un buscador obsesivo de la verdad, para lo cual debí aceptar primero que la verdad existe, que es alcanzable, y que es importante.
Este año (ya estamos en épocas de balance) entendí una cosa: la verdad no es lo más importante. Lo más importante es la realidad. (a que esperaban que dijera que lo más importante era el amor...)
En la vieja disputa sobre la salvación, pronto se abrieron dos caminos: la salvación se alcanza por la oración o por las obras. Lo que entendí este año me acerca más a la segunda posición.
La lógica esta muy bien para encarar problemas concretos, pero no sirve para encaminar una vida. El camino de la verdad suele ser el camino del martirio.
Te lo digo de vuelta para que se te grabe: el camino de la verdad suele ser el camino del martirio.
Muchas veces, la defensa de nuestra verdad nos aleja de los otros. A nivel histórico, la defensa de la verdad se manifestó en la forma de guerras, persecuciones y exterminios.
Uno no necesita renunciar a su verdad, eso equivaldría a renunciar a quienes somos. Pero uno puede renunciar a defender su verdad. En todo caso, la Verdad no necesita defensores...
Cualquier abrazo es superior a cualquier argumento.
Va de nuevo, para que se te grabe: cualquier abrazo supera a cualquier argumento.
No me crees?
Veni y dame un abrazo!