martes, 30 de agosto de 2011

Alguien tiene que darle de comer

Al principio era una criatura adorable y vivaz que revoloteaba y no paraba de saltar a mi alrededor, y yo agradecí a los hados mi buena fortuna.
La alegría que transmitía cada vez que la alimentaba hacía que cualquier esfuerzo valiera la pena. Sólo había que verla brillar para saber que la vida tenía sentido.

Pero el tiempo nos cambia. Ella sigue siendo como era, pero también es diferente. Sus ojos se fueron llenando de otra cosa, y su furor, aunque intacto, ahora se dispara con otras emociones.

La primera vez que me mordió pensé que había sido por accidente. La quinta vez me di cuenta que no, pero pensé que de alguna forma había sido mi culpa. 

Cuando la palabra "culpa" aparece es difícil que desaparezca, y pasa a ser una barra de metal caliente que nadie quiere sostener, pero nadie se resigna a dejar caer...

Ella sigue brillando, pero ya no como un niño pequeño o una gacela, sino como una pantera. Y yo se que estoy jugando con fuego, pero ese fuego es, a esta altura, tan inevitable como el mañana.


jueves, 11 de agosto de 2011

Elvis era el anticristo!

Hace cincuenta años más o menos nacía el rock. Los adultos de entonces rechazaron esa música diabólica y los jóvenes rebeldes de entonces se sintieron en la gloria. El mayo francés, la primavera de Praga, Woodstock y la psicodelia, Andy Warhol y la revalorización de Whitman; todo eso visto desde ahora parece naif e inofensivo.

Pues bien: no lo era.

Esa generación pensó que los valores de sus mayores eran vacíos y pretendió reemplazarlos con unos valores más vacíos aún. Para cuando esos nuevos valores (que como casi todo lo nuevo eran tan viejos como el mundo) se mostraron inviables, los viejos valores ya habían desaparecido.

Conclusión: esa generación no podía transmitir a sus hijos los valores de la droga y el sexo libre, de la anarquía tonta y la rebeldía vacía; pero tampoco podía transmitir los valores de sus antepasados, que le parecían huecos y ajenos. Entonces no transmitió nada.

Así, los jóvenes de hoy creen tener derecho a todo sin esfuerzo, están vacíos de pasiones y sólo parecen encontrar placer en los shoppings y las jarras locas, en los gadgets y en la moda y en repetir compulsivamente la palabra "boludo".

Y lo que empezó con el rock, termina en el reguetón.

Si. 

El reguetón presagia el fin de la humanidad.


miércoles, 10 de agosto de 2011

Desiderata fallida

Dormía y soñaba que la vida era alegría,

me desperté, y vi que la vida era servicio,

serví,

y ni me dieron las gracias.



Ahora que les sirva mongo!


martes, 9 de agosto de 2011

La vida como experiencia mística

Si.

Ya se que al final los dos nos vamos a morir.

Ya se que el universo entero marcha hacia el frío y el caos.

Que la lista de especies en peligro de extinción debería abarcarlas a todas, que al final el frío y la obscuridad se van a tragar todo lo que existe...

Pero mientras tanto...

¿no me dejas que te toque una teta?


martes, 2 de agosto de 2011

Siempre discriminando

Más allá de la opinión de Paul Simon ("I'd rather be a sparrow than a snail..."), en general el caracol es un bicho bien visto. Ha participado en varias fábulas infantiles, compartiendo con la tortuga la personificación de la lentitud. Por alguna razón, a menudo se ha asociado la lentitud con la perseverancia (como si no se pudiera ser lento e inconstante!).

En algún canal de venta directa (de esos que enriquecen la televisión por cable), he visto anunciar con bastante insistencia algún producto cosmético, supuestamente elaborado a base de ... baba de caracol (hay que ser mujer y estar muy desesperada!)

El caracol es incluso protagonista de más de una popular adivinanza infantil:

Qué es, qué es,
del tamaño de una nuez,
sube la cuesta
y no tiene pies?

O:

Sin salir de su casa, 
por todos lados pasa.

O:

Voy con mi casa al hombro,
camino sin tener patas,
y voy marcando mi huella
con un hilito de plata.

O:

¿Quién es este que se arrima
trayendo su casa encima?

O: 

Me encuentras en la playa
a la sombra y al sol,
mi nombre tiene cara
y también tiene col.

Todo lindo, todo simpatía. Ahora bien... 
Y la babosa???

Una babosa no es otra cosa que un caracol homeless, y su ausencia en la literatura infantil, así como su mala imagen, sólo son otro claro ejemplo del modo en que la sociedad ignora a los menos favorecidos.