miércoles, 5 de mayo de 2021

La historia más triste jamás contada?

Hace ya innumerables milenios que recordé, por primera vez, mis vidas pasadas; y aún recuerdo mi perplejidad. Me llevó decenas de vidas decidir que no estaba loco. 

Nada en la creación es único, y yo supuse que todos reencarnábamos, y supuse también que mi misión consistía en divulgarlo, simplemente por ser el único que recordaba. Así lo hice, y a lo largo de los siglos  fui refinando mis ideas y aprendiendo a convencer.

Entendí que cada acto nos acerca o nos aleja de la iluminación, y entendí que es precisamente la iluminación lo que nos sustrae de la infinita cadena de reencarnaciones, para renunciar a las falacias de la individualidad y devolvernos a la gracia.



Y así, luego de numerosas vidas dedicadas al ascetismo, la meditación y la divulgación, llegue a ver a la Doctrina Verdadera triunfando de oriente a poniente. Y entonces, como culminación del esfuerzo de  incontables vidas de servicio abnegado, finalmente llegó mi iluminación.

Y no funcionó.

Para mi sorpresa y para mi espanto, volví a reencarnar una y otra vez. Al principio, la vergüenza me impidió comunicarle el error a mis fieles. Más tarde la vergüenza dió paso al temor: los fieles eran celosos custodios de mis enseñanzas y no dudaban en tachar de hereje y lapidar a cualquiera que las pusiera en duda.

Ya perdida la cuenta de mis vidas y sin más certezas que la que me da mi propia experiencia; pago la soberbia de mi pasado debiendo someterme a los ritos vanos que nos imponen los seguidores de mi propia palabra, profunda e irremediablemente equivocada.



4 comentarios:

  1. Pero me cache en die! me caigo y me levanto!
    entonces qué.
    No funciono tu predica, tus enseñanzas, el dogma, nada?
    todo fue un error?

    ...todo quedo en nada, snif.

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  2. Yo también creo en la reencarnación, estimado Daniel...pero mi fin es y será Jesús el Cristo...mi Dueño y centinela de mi alma. ¿Qué será de nosotros si volvemos a reencarnar en este planeta donde se ven tantas atrocidades? Francamente ya da miedo volver a esta tierra. Un abrazo.

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  3. En un lugar de tu corazón hay siempre amor para alguien que lo necesita.

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