viernes, 28 de febrero de 2020

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos; la edad de la sabiduría, y también de la locura; era la edad de la fe, y también de la incredulidad, era la edad de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos directo al Cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto.


Charles Dickens
Historia de dos ciudades