lunes, 31 de agosto de 2009

Otra teoría ridícula


La vida no te gana de una, primero te cansa.

El mundo no puede nada contra una persona enterita, entonces te empieza a pegar. A veces te da un mazazo, a veces te pega despacio y te pensás que no duele tanto. Pero a la corta o a la larga te quiebra.

De a ratos te deja en paz, y entonces parece que todo pasó; pero siempre vuelve con el castigo y te va venciendo la voluntad. Llega un momento en que te tiene agotado, cansado de esquivar y desesperanzado, convencido de que al final no podés ganar. Ahí colgás los guantes.


Pero mientras tanto...


Balance del último trimestre del año


Tengo la vida hecha un quilombo.
Por el momento no se me ocurre nada que la vuelva a encausar, así que simplemente voy a esperar a ver si la suerte me sonríe. Hasta ahora se me caga de risa.

Por supuesto, no soy lo bastante tarado como para pensar que depende de la suerte, se que depende de mi -o sea, estoy cagado-. Tengo las cartas en la mano, pero lo único que puedo hacer ahora es mirarlas y pensar... qué cartas de mierda!

Siempre que llovió, paró.

No hay mal que por bien no venga y al que amanece Dios lo ayuda.

Pero por ahora, llueve y Dios está viendo otro canal.

viernes, 28 de agosto de 2009

Grandes verdades

La mano que mece la cuna
es la mano que domina al mundo
-y usualmente el control remoto-

Vida perra

La vida es perra porque la gente es perra, pero la gente lo sabe?
El tipo que hoy a la mañana me tiró el auto encima y casi me pisa, sabe que es un hijo de puta? El flaco que en el quiosco se hacía el boludo y no me atendía, sabe que es un sorete? La mina con la que laburo y no labura, sabe que es un parásito?
Por cada hijo de puta profesional hay 50 pelotudos que se portan como hijos de puta por ignorantes, por cagones, por resentidos o por mezquinos. Y esos son los que más joden.
Buscá el mayor hijo de puta que se te pueda ocurrir a nivel mundial. Un hijo de puta con poder e inteligencia, un tipo realmente peligroso. ¿Ya lo encontraste? Ese tipo te jode menos que el pelotudo del portero, del colectivero, del taxista, del peatón o el automovilista, te jode menos que el chorrito que te afana 10 pesos o que el forro que encuentra tu celular y se lo queda. Te jode menos que el mozo o el empleadito forro que te atienden mal de puro resentidos.
¿Tu jefe te jode? Seguramente te joden más tus compañeros y lo peor es que no ganan nada con eso. La gente está tan pendiente de que no la cague el de al lado que por las dudas termina cagando al que tiene a mano.
El hijo de puta aficionado no tiene recursos para cagar a nadie a lo grande, entonces lo compensa cagando a todos los que puede en boludeces; y lo peor es que no se da cuenta. Es el que te toca bocina cuando el semáforo está por cambiar, el que te atiende con cara de culo porque no quiere laburar, el que está pendiente de lo que hacés para criticarte, el que no entiende nada de nada pero se la pasa opinando sobre todo como si fuese un experto.
Alguien dijo que no hay nada más peligroso que un pelotudo. Porque un hijo de puta inteligente te va a cagar si es necesario, pero un pelotudo te va a cagar sólo por sentirse importante.
El pelotudo siente que merece más que lo que tiene, siente que los que tienen más no se lo merecen, siente que lo cagaron muchas veces y está siempre esperando la revancha. No está dispuesto a pagar el precio de nada, porque siente que ya pagó lo suficiente o que es especial (¿?) y tiene derecho a lo que sea. Por eso es desagradecido y maleducado. Por eso siente que cuando pide por favor o da las gracias se está rebajando.

Metáfora podrida

La vida es un enorme jardín.










Lleno de hortigas, mosquitos, sapos, serpientes, hormigas y arañas.

lunes, 24 de agosto de 2009

Zapata: si no la gana la empata

Mucha gente tiene la mala costumbre de enorgullecerse de sus defectos. Los más comunes: tener mal carácter, ser testarudo, caprichoso y, más recientemente, vago. Lo que interpreta una determinada "característica" como un defecto es la escala de valores de la sociedad; así, ser ambicioso puede ser considerado un defecto en una sociedad y una virtud en otra.
Por supuesto, una persona que se enorgullece de un defecto difícilmente querrá cambiar. ¿Cómo es posible que alguien reivindique un defecto? Supongo que la única explicación es que hay una doble escala de valores; como cuando un mayor dice que un chico es muy travieso, y lo dice más como elogio que como crítica.
Como sociedad, esta doble escala de valores ocasiona lo mismo que a nivel individual: una sociedad que se enorgullece de sus defectos nunca los cambia.
Quien habla de valores parece pacato o moralista, sin embargo, todos terminamos siendo víctimas de la ambigüedad que menciono, aunque la mayoría no lo sabe.
Estamos jodidos!

jueves, 20 de agosto de 2009

Verdades robadas


Es mucho más probable que el tomate sea perita, y no la pera tomatito.

Yo quiero el tanque!

El nene se sube al autito mientras la mamá pone la ficha en la ranura. El pibito es toda expectación, la emoción y la alegría lo inundan y en su cuerpito no cabe nada más. La música comienza y el autito empieza a bambolearse. La sonrisa no le cabe en la cara. Mira alrededor y empieza a tocar los botoncitos y la bocina. Quién sabe qué cosas le pasan por la mente!
De repente -siempre es de repente- la música para y el autito se detiene; el silencio y la quietud que se instalan resultan instantáneamente insoportables. No es sólo la ausencia de la música, es un silencio devastador. La carita del nene es toda decepción y sorpresa. De todo su ser sólo emana una gran pregunta: POR QUÉ?
Nosotros podemos (¿podemos?) entender que para nosotros la música también se detendrá, podemos (¿podemos?) razonarlo; pero cuando finalmente pasa no nos encuentra más preparados que el nene cuando se acaba la ficha.
Si para las cosas más importantes seguimos teniendo siempre 3 años, no deberíamos tomarnos tan en serio.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Las zapatillas y el león

En un seminario de negocios, una vez contaron esta historia:
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En un avión van dos empresarios, un americano y un japonés. El avión cae en plena sabana africana y sólo sobreviven ellos dos. Aparece un león y el japonés busca apurado su maleta, saca unas zapatillas y se las pone.
El americano se ríe y le pregunta si piensa que así va a correr más rápido que el león.
El japonés le contesta: "No necesito correr más rápido que el león, me alcanza con correr más rápido que usted..."
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El mensaje es tan claro como jodido y vigente: siempre tiene que haber alguien entre el león y uno.
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Mucha gente vive según esta máxima, aún sin conocerla. Así nos va.

La compulsión


Cuando la vida comienza uno no sabe caminar, ni siquiera ponerse de pie. Un día uno se para pero aún no hay senderos, de sus pies parten infinitos caminos que van en todas las direcciones posibles. Uno empieza a caminar y ya -sin saberlo- empieza a elegir algunos caminos.

Ahora bien, seamos buenos y démosle al pibe una bicicleta. Cada día se sube a su bici y empieza a pedalear. Días despues, ya recorrió algunos caminos varias veces, otros sólo una vez y algunos no los recorrió nunca.

El piso es de tierra húmeda, y cada vez que la bici los recorre ahonda la huella. De a poco el camino empieza a tener memoria e influencia: las ruedas calzan en la huella y tienden a seguirla. Para salir de la huella hace falta un esfuerzo, y basta tocar uno de sus bordes para que la huella nos vuelva a encausar en el mismo camino. El pibe ya creció y cree que sigue eligiendo su camino, pero la huella actúa como un imán y se va transformando en una carcel invisible.

Me estoy refiriendo a las conductas compulsivas, a las respuestas automáticas.

En términos de información, esas conductas y reacciones automáticas son sumamente pobres. Decimos que son pobres porque aportan muy poca información sobre el sujeto y sobre la situación: si alguien reacciona compulsivamente mediante el enojo, su enojo nos dice muy poco. Uno puede convivir años con alguien asi sin conocerlo realmente, porque su conducta es pobre en información. Uno llega a conocer a alguien cuando sabe de antemano cómo reaccionará; y a partir de ahi ya no nos sorprende. Estos mecanismos nos empobrecen y nos quitan adaptabilidad.

La compulsión es una respuesta automática cuyo estímulo es interno en vez de externo, y es igual de pobre.

Algunas veces las huellas que determinan nuestra conducta son más felices que otras. A veces nos resultan muy útiles en algunos períodos de nuestra vida, pero la dificultad para crear nuevas reacciones a la larga termina por perjudicarnos: la adaptabilidad es la clave de la vida, tanto de las especies como de los individuos.

He dicho!

martes, 18 de agosto de 2009

Te estoy mirando (y te doy vuelta como una media)

  • si sos de los que creen que romper las reglas te hace un vivo
  • si sos uno de los que pasan a los demás por la banquina
  • si te sentis mejor cuando aprobaste por copiarte que cuando aprobás por haber estudiado
  • si cuando estás con tu grupito de forritos necesitas elegir a alguien más débil para denigrar
  • si pensas que sos un vivo bárbaro porque tomas alcohol o porque la pusiste
  • si te gusta más contarlo que ponerla
  • si estás atento a lo que "hay que hacer" para no desentonar del grupito
  • si estás pendiente de encontrar alguien "distinto" para hacerlo sentir mal

Quiero decirte que sos un pobre infeliz y que yo debería estar muy por encima de tu mediocre pelotudez, pero hoy, tan sólo por hoy, te requete recontra cagaría a trompadas (sólo por placer)

viernes, 14 de agosto de 2009

Agamenón sabía nadar?


La vida es tan variada y compleja que permite que un atleta de alto rendimiento no sepa nada de música, que un eminente filósofo no sepa nadar o que una mujer hermosísima no conozca nada de física cuántica. Quiero decir que inevitablemente juzgamos a la gente por alguna de sus facetas, a menudo desconociendo el resto. Y seguramente en el resto está la compensación.

Esto puede sonar a consuelo de tontos, y tal vez lo sea...

Me viene a la mente un chiste que muestra a un sabio cruzando un río en un bote manejado por un campesino que apenas sabe hablar. El sabio le pregunta durante todo el viaje cómo puede vivir sin conocer la literatura, ni la historia, ni la filosofía, etc. Esto sigue hasta que el bote se empieza a hundir. El sabio no sabe nadar y mientras se hunde, el campesino bruto le pregunta: ¿cómo puede vivir sin saber nadar?

Quiero mencionar otro ejemplo que me parece divertido, y que es tan conocido como lejano; porque a veces lo lejano se puede apreciar mejor: El señor Agamenón, rey de reyes de la antigua Grecia, supo unificar bajo su cetro a todo el mundo griego. Le tocó protagonizar uno de los tantos choques entre oriente y occidente, entablando una inevitable guerra contra Troya.

En esa guerra supo valerse del ingenio de Odiseo y de la legendaria espada de Aquiles (que seguramente fue mucho más feo y bruto que Brad Pit) y destruyó hasta los cimientos a la única potencia que podía hacerle frente. Fue general de miles, forjador y destructor de imperios. Cualquiera hubiera soñado con tener una fracción de su poder; sin embargo, cuando finalmente volvió a su casa, su mujer -su propia mujer- lo cagó matando.

Cuando uno juzga al otro por su faceta más prominente, normalmente lo idealiza. Cuando lo hace por la más limitada, lo menosprecia. En ambos casos se equivoca, pero es un error inevitable ya que nuestra mente difícilmente podría captar en forma completa la complejidad de un ser humano. Pero sabiéndolo, nuestros juicios sobre los otros debieran ser más moderados.

Si lo dice la biblia...


Dice Jesús en el nuevo testamento "Siempre habrá gente pobre cerca de ustedes, pero muy pronto ya no estaré aqui" (Mateo 26)

Esto no significa que no deba lucharse contra la pobreza, simplemente expresa un conocimiento profundo sobre la condición del ser humano: somos como somos, y por eso siempre habrá pobres (tal vez nosotros mismos lo seamos).

Extrapolando les diré: somos como somos, y por eso siempre habra pelotudos entre nosotros (tal vez nosotros mismos lo seamos).

Es bien sabido que las cruzadas son una empresa romántica y tentadora, pero es igualmente bien sabido que nunca están destinadas al éxito. Por eso os digo: no emprendais una cruzada contra los pelotudos, es una empresa inútil y destinada al fracaso. Incluso alguien podría catalogarnos de pelotudos a nosotros mismos y nos veríamos en el apuro de tener que cuestionar lo mismo que nosotros hemos estado sosteniendo.

jueves, 13 de agosto de 2009

Abajo del camión somos todos iguales...


Hoy temprano, yendo para el laburo, un señor camionero me grito una barbaridad QUE NO ME GUSTO NADA.

El tema es que la situación me generó una sucesión de reacciones que paso a narrar:

1. Mi primera reacción fue de enojo y me dieron terribles ganas de cagarlo a trompadas

2. Mi segunda reacción -pocos minutos después- fue de duda: el señor estaba taaan enojado que capaz que tenía razón...

3. Mi tercera reacción fue conflictiva: está bien, supongamos que el señor tenia razón, pero eso no le da el derecho de putearme de semejante manera. (O sea, una mezcla de la primera y la segunda)

4. Mi cuarta reacción fue más bien una reflexión: hace tiempo yo me enojaba tanto como el señor camionero, entonces dependía de cualquier pelotudo que se me cruzara. Luego, con tiempo y bastante laburo, pude entender que esas cosas no me aportanban NADA, que muchas veces el orgullo nos empuja a hacer cosas que son francamente tontas (y yo me consideraba inteligente). Pude dejar de competir para ver quién la tiene más larga -igual perdía- y, pude correrme de ese lugar que obliga a los hombres a demostrar que son machos SIEMPRE, pero los hace demostrar que son pelotudos e inseguros. Gané en libertad.

Después vinieron épocas de mucha presión y nervio, perdí el eje, y me volvió a aflorar el cabrón; pero desde hace un tiempito estoy tratando de desandar el camino y volver a recordar quién soy.

Y si esto no te gusta, lo arreglamos a la salida, porque a mi no me jode nadie!

miércoles, 12 de agosto de 2009

Curiosidades de la mente

Esta semana vengo haciendo todo como para sentirme mal, y sin embargo me siento bien.

Qué misterio!

Vaya por las veces en que haciendo todo para sentirme bien, me sentí mal...

Terapias alternativas...


Habitualmente nuestra infelicidad cotidiana tiene su origen en nuestros propios conflictos, que suelen ser simples pero muy persistentes. Así, la piba tiene que estudiar para un exámen pero le da paja y pasa una semana repitiéndose "tengo que estudiar" y paseando los libros por toda la casa. No estudia ni se divierte. De a poco la va ganando la angustia, porque anticipa que no va a estudiar lo suficiente y le va a ir mal. Esta situación se repite por años y tiñe su paso por los claustros con una mezcla de resentimiento y culpa. Una lástima.

Ahora bien, razonando friamente uno podría imaginar dos escenarios:

1. No quiere estudiar, entonces que se divierta y se cague en el exámen
2. Cree que aprobar el exámen es importante, entonces, que estudie!

Pero este enfoque frío rara vez es posible: por algo se llaman conflictos y por algo son tan persistentes.
Imaginemos por un segundo que sucede una verdadera tragedia en la vida de la piba, por ejemplo le diagnostican una enfermedad grave, debe mudarse a otro país, fallece su padre dejándo a la familia en la miseria. Eso reubica instantáneamente todos sus valores, sus miedos, sus angustias y prioridades, y lo que ayer le amargaba la vida (las peleas con su hermano, el aspecto de su cabello, la "traición" de una amiga) hoy parece una tontería.
Por supuesto no es deseable que todos tengamos una tragedia, por más que sus efectos sobre algunos aspectos de nuestra vida puedan ser saludables. Es aquí donde cobra sentido mi propuesta: crear una sociedad benéfica que se dedique a generar "casi" tragedias periódicamente en las vidas de la gente.
Por ejemplo, secuestran a la piba cuando va a comprar puchos al quiosco, la meten en el baúl de un auto y asi la pasean durante dos horas, la llevan a un descampado y le anuncian que será violada y, seguramente, asesinada. Como no queremos exagerar, en ese momento hacemos aparecer a alguien que pone en fuga a los supuestos delincuentes y la piba vuelve a su vida anterior, feliz y contenta, viendo sus problemas de ayer como mucho más manejables.
Qué está esperando la OMS? Es que uno tiene que pensar en todo????

martes, 11 de agosto de 2009

Los derechos que nadie reivindica

Cuando uno escucha frases como "hoy en día todo el mundo pide por sus derechos, pero nadie se preocupa por sus obligaciones", uno sabe que el que habla es un viejo. Los jóvenes -irresponsables- piden, pero los adultos -que ya aprendieron- saben que junto con un derecho viene una obligación. No aceptar la obligación adherida al derecho que uno reclama es como querer tener un auto sin estar dispuesto a pagarlo ni mantenerlo: o es de papá, o es prestado, o es robado.
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La mayoría de los conflictos cotidianos devienen de defender supuestos derechos y defenderse de supuestas obligaciones. Por eso las relaciones con los padres, profesores, jefes y otras autoridades son como son.
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Entre los derechos más reivindicados podría mencionar el derecho a la independencia, el derecho a definir la propia sexualidad, el derecho a acceder a determinados bienes; pero hay derechos que normalmente NADIE reivindica, porque tienen algo de vergonzoso. Me refiero, por ejemplo, al derecho a equivocarse, al derecho a no ser inteligente, al derecho a ser superficial, el derecho a masturbarse, el derecho de ser sucio, el derecho de tener una pareja estúpida o fea, el derecho de ser gordo o el derecho a vestirse mal.
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Puede que estas palabras sean tontas o aburridas, pero tengo el derecho de escribirlas, O NO?

lunes, 10 de agosto de 2009

Pequeño desarrollo Borgiano (de Borges, no de Borgia)

Borges dedicó bastantes páginas a jugar con el concepto de biblioteca, mezclado con otros dos temas recurrentes en su obra: el laberinto y el infinito. Jugó con la idea de una biblioteca que contendría todas las obras posibles en cualquier idioma. Yo me detendría en una clase particular de libro: me refiero a aquellos cuyo tema ES el libro. Podrían ser libros de literatura, de crítica literaria o incluso catálogos de supuestas bibliotecas.
Un hipotético documental que contara la historia del documentalismo, ¿debería incluir información sobre sí mismo?
Ahora bien, si toda la literatura fuera virando lentamente hasta dedicarse casi exclusivamente a escribir sobre sí misma, ¿seguiría siendo literatura? En los últimos tiempos hemos asistido a un proceso equivalente en dos áreas que, lamentablemente, tienen cada vez más puntos en común: la política y la televisión.
La televisión se ha ido volviendo cada vez más autoreferente, vaciándose de contenido y expulsando lentamente toda temática, para ir dedicándose cada vez más a mirarse en el espejo, como una nena boba.
Antes, un actor filmaba una película que lo hacía famoso y luego, eventualmente, aparecía en los programas cholulos mostrando su vida privada. Ahora, la farándula trucha se hace famosa por cualquier escandalete (usualmente peleas o romances -reales o inventados) y pasa automáticamente a integrar la troupe de fenómenos de circo que llena horas de programación hablando de sí mismos. Cero producción y fama instantánea.
Esa televisión más boba y decadente que nunca, lleva enanos, travestis, perros amaestrados o mujeres desnudas para alimentar un moderno circo romano que no duda en triturar a gente que hace cola para dejarse triturar en cámara, y agradece la posibilidad.
Al menos en la antigüedad las víctimas de la muchedumbre no tenían elección, eran esclavos o prisioneros de guerra. Hoy el público de las gradas sueña con tener su lugar en la arena, sólo para aparecer en esa televisión, que de alguna forma nos refleja a todos.
Algo similar ha ido sucediendo en la política, de modo tal que lo que alguna vez fue el objetivo primario (alcanzar el gobierno), indispensable para poder aplicar las propias ideas; ha quedado como objetivo exclusivo.
El ritmo de la democracia moderna se ajusta perfectamente a los tiempos de una burocracia política que sólo se mira el ombligo (y la billetera): puja interna, candidatura, puja electoral, alianzas con las demás fuerzas... y de nuevo puja interna, candidatura, etc.
Es difícil aceptarlo, pero de algún modo esta forma de hacer política también nos representa a todos.

Ugh! y Agh!


La palabra es tal vez el más grande invento del Hombre. Normalmente es entendida como una herramienta de comunicación, pero uno no sólo se comunica con los otros utilizando palabras: uno también piensa utilizando palabras y es esa, creo, su función más relevante.

Por supuesto no son necesarias palabras para pensar "tengo hambre" o para experimentar un sentimiento de agrado o desagrado frente a una determinada situación. Uno no piensa "debo huir" cuando enfrenta un peligro, simplemente huye; pero necesita de las palabras para trascender el nivel más básico del pensamiento.

El manejo del lenguaje y su uso introspectivo nos permite una gama de pensamientos e incluso de sentimientos que de otra forma no lograrían diferenciarse entre sí.

Cuando escucho a alguien opinando sobre cosas tan diversas como la puesta de una ópera de Wagner, una hamburguesa con queso, la película de Disney El Rey León y el libre albedrío utilizando la frase "qué copado!" no puedo dejar de pensar en un cavernícola cuyo vocabulario comprende sólo dos palabras: Ugh! (bueno) y Agh! (malo).


Espero que esto les parezca Ugh!

viernes, 7 de agosto de 2009


Serás lo que debas ser

Es lindo que te lean y te comenten, pero lo más importante es escribir.
No seas tarjetero de tu blog.

jueves, 6 de agosto de 2009

Verdades robadas

No hay desgracia mayor que la de aquel que siempre ríe.

Tango


Nunca quieras mal,
total la vida qué importa,
si es tan chiquita y tan corta
que al final, el piolin se corta.
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No te aflija el esquinazo del dolor,
y si el amor te hace caso,
no le niegues tu pedazo de candor,
que es lindo creerle al amor.
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Bueno, y nada más,
que siendo bueno no hay odio
ni injusticia ni veneno
que haga mal.
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miércoles, 5 de agosto de 2009

Pobres filatelistas

Tener una afición ayuda a vivir. Lamentablemente uno no elige las cosas que lo motivan y le hacen más llevadera la existencia.
De todas las cosas que uno puede disfrutar, la más barata, fácil de conseguir y gratificante es la gente. Quienes disfrutan de la poesía, la música, el futbol, los sudokus, el cine o la cocina van a la saga de aquellos que disfrutan de la compañía de otra gente.
Supongo que esa gente tiene una predisposición natural para ver lo bueno en los otros, o al menos para tolerar los defectos ajenos y suelen disfrutar incluso la compañia de gente que yo encuentro aburrida o insoportable.
Es algo para envidiar.

martes, 4 de agosto de 2009

eh?


Los pipinotos, una pequeña tribu que habita en lo más recóndito de la selva de Borneo, tiene una extraña costumbre: cuando un niño cumple los 8 años lo someten a un ritual de iniciación a partir del cual pasa a ser considerado adulto. A partir de ese mismo momento puede casarse, cazar, participar en la guerra y formar parte del ritual más caprichoso del que se tenga noticia.

Hay en el centro de la aldea un palo clavado en la tierra. Es creencia de los pipinotos que alguien debe tocar SIEMPRE ese palo, ya que en caso contrario sobrevendría el final del universo; entonces todos los varones considerados adultos se turnan para tocar el palo en parejas. Alcanzaría con que uno sólo lo tocara, pero una tarea tan importante merece una pequeña redundancia para evitar que un imprevisto acabe con todo lo conocido.

De nada ha servido que las tribus vecinas y más de un pipinoto disidente les haya explicado hasta el hartazgo la inutilidad de tal empresa. Tal vez por convicción, tal vez por capricho, ellos continúan con tan descabellada labor.

En una oportunidad una pareja de “ateos” esperó durante meses hasta que les tocara compartir el turno para abandonar su puesto y convocar a toda la aldea para que se convencieran de la inutilidad del ritual. Pensaban que dicha prueba, incontrovertible, acabaría con la bárbara costumbre. Nada más alejado de la realidad: ambos fueron cocinados por herejes y la costumbre cobró más fuerza que antes.

Con el tiempo, los herejes fueron tomando el estatus de santos entre los miembros de la tribu, que ven el episodio como una prueba a su fe, la cual superaron airosamente. A partir de ese momento, ya no consideran estrictamente necesario tocar el palo, sino que sostienen que la intención alcanza; y frases como “yo lo tocaría pero no tengo tiempo” o “justo cuando lo iba a tocar me empezó a doler la panza” funcionan como una “tocada” virtual.

Cuando alguien cuestiona sus creencias, los pipinotos responden “hay que creer en algo”, o “si no crees en nada todo es una mierda”, o “es una cuestión de fe” mientras te miran con aire de superioridad, como si ellos supieran algo que nosotros no sabemos.

Franz Kafka


Refresca mejor...


Somos irracionales. Los publicistas lo saben y eso explica el extraño contenido de los comerciales de televisión.

Si un vendedor de autos me dijera en persona "con este auto te vas a ver distinguido", o "con este auto te vas a divertir como loco", o "con este auto vas a conseguir muchas mujeres hermosas", me lo quedaría mirando y pediría que me atendiera otro vendedor; pero eso es lo que nos dice el propio fabricante en sus comerciales.

¿Por qué los que le quieren vender jabón en polvo a las mujeres aparecen disfrazados de científicos y les hablan de extraños principios activos, mostrando unos seres diminutos que se alimentan de manchas? ¿Por qué no se sienten ofendidas por eso? ¿Que carajo son los lk6 defensis (o algo asi)? ¿Por que los que nos quieren vender cigarrillos nos muestran autos de carrera, o veleros?

No tengo dudas de que ellos están en lo correcto. Esas asociaciones funcionan. La pregunta no es hacia ellos, sino hacia nosotros.

Si no elegimos un auto por su tecnología, bajo consumo o maniobrabilidad; si no elegimos un vino por su sabor ni un detergente por su efectividad, es probable que el mismo mecanismo opere cuando elegimos cosas más trascendentales, como pareja, carrera, amigos, etc.

Sin embargo nos engañamos tratando de dar -darnos- razones que justifiquen nuestras elecciones. Realmente no sabemos por qué elegimos una cosa u otra e inventamos motivos misteriosos que nadie se atreve a cuestionar: "estudia kinesiología porque esa es su vocación", "siempre se engancha con rubias huecas", etc.

Somos irracionales, tomamos las grandes decisiones de la vida irracionalmente y sufrimos las consecuencias. A veces tenemos suerte y las cosas nos salen bien, y nuevamente nos engañamos atribuyéndonos el mérito, pensando que somos geniales y que nuestra decisión fue "razonadamente" correcta.

En fin, me voy a tomar una coca cola para sentirme más en onda y poder disfrutar de todo el sabor de la vida...

lunes, 3 de agosto de 2009

Teoría ridícula (ridiculísima)

Es bien sabido que en la antigüedad la gente –en general- garchaba como loca. Esta conducta se explica por la laxitud de la moral pre-cristiana y la inexistencia de la televisión.

Ahora bien, tanto en las culturas monógamas como en las poligámicas, la infidelidad femenina estaba tanto o más difundida que en la actualidad. Así, los hombres más apuestos y musculosos tenían la oportunidad de fecundar a muchas mujeres, incluyendo a las mujeres casadas –casadas con otros, se entiende-; mientras que los hombres menos agraciados o más nabos debían competir incluso para tener la posibilidad de fecundar a sus propias esposas.

Eatadísticamente, esto otorgaba una leve ventaja a la propagación de genes “exitosos” respecto de los que lo eran menos. Podríamos especular que esta leve ventaja, acumulada a lo largo de los siglos, habrá ido “mejorando” la especie por un mecanismo netamente darwiniano.

Con el correr de los siglos, el perfeccionamiento de los métodos anticonceptivos ha ido mermando esta ventaja al permitir la infidelidad sin procreación; al tiempo que el desarrollo de las técnicas de fecundación asistida han obrado en sentido contrario, permitiendo incluso a los maridos menos fértiles transmitir sus genes a su descendencia.

En conclusión, la ciencia y la técnica han obrado calladamente iniciando un retroceso que nos llevará a recorrer, lenta pero inexorablemente, el camino de vuelta a nuestros antepasados, los monos.

El niño que llevamos dentro

Los chicos -chiquitos- suelen ser:
. alegres
. inocentes
. transparentes
. cariñosos
. espontáneos

También suelen ser:
. egoístas
. caprichosos
. déspotas
. demandantes

Nótese que las primeras características los hacen adorables y permiten que obviemos y hasta disfrutemos las segundas características.

Mucha gente, al crecer, va perdiendo las primeras pero mantiene las segundas. Hablo de mucha, mucha gente.

Que no te pase!